LA COBIJA ROTA
Durante prácticamente toda mi vida, estimado lector, fui creando un disfraz, tan ligero como la cáscara de un huevo, para soportar la descalificación y rechazo, político-familiar-social que todo ser humano que haya nacido en esta patria nuestra, tiene que enfrentar desde su niñez Así, pues, voy a dar comienzo a este relato con una lectura, estrictamente personal, y posteriormente paso al aspecto informativo que obviamente es la PRIORIDAD en estos difíciles momentos de la patria.
Transitábamos, con mi hija, por José Ma. Izazaga, para cortar calles y llegar a la Alameda Central. Entró un semáforo en rojo, que impidió que fluyera la línea en donde nos encontrábamos. Se nos emparejó, mediando una tira de banqueta, una señorona curra, de buen carro, nos advirtió: “qué bárbaros, -volteamos a verla- no vayan para allá –nos señaló el rumbo- hay una marcha de pelados brutos, que todo está cerrado, no dejan pasar, - y estirando la ceja continuó- Brutos, uno que quiere salir a disfrutar y pasearse y estos idiotas allí. Adriana que es implacable con el “fecalismo” de cualquier naturaleza, le comentó: Pues nosotros, vamos para allá, a…… La mujer no esperó, nos atropello como vil trailera de un clip televisivo panista,: ¿Ustedes van allá con el idiota ese? ¡qué chingadera, díganle que chingue a su madre! ¡!!!!! Hijas de la chingada!!!! ; acto seguido nos embistió como ráfaga guinda, igualitito que chipotle en ayunas.
Logramos pasar…, con un mutis compartido, y sentí que mi cáscara se iba cayendo en pedazos. Quedó a mis pies reducida a papel desechable, la recogí y la puse en la bolsita, también desechable de la basura de nuestro carrito, posiblemente también desechable.
Entonces pensé, ¿Y mis dentros dónde están?, ¿Cómo no le dije siquiera, botellita de jerez, todo lo que digas será al revés? No, no pude, como el mantra que me enseñó mi Gabo, se coció la clara del huevo y por poco también la yema. (es un mantra egipcio. Yoes-aen-erios-enac-entor-asha*luz*).
La cuestión es que la agresión y los golpes, deben de tomarse de parte de quien, o de donde provengan. Para este propósito la vida nos ha enseñado el respeto a nosotros mismos y oponer la barrera de la prudencia ante este tipo de violencia que los polarizados ciudadanos y habitantes de TODO México, erigidos en partidarios del PRIANISMO, aunque la mayoría así no lo entienden puesto que se consideran panistas o calderonistas solamente, y desde luego los defensores de sus intereses económicos y materiales, que por antonomasia son acéfalos políticamente. Padecen el pecado de “Ibris”, la soberbia que se presentaba en toda la tragedia griega. Además son insensibles humanamente a todo aquello que pone una pizca de riesgo para la seguridad económicamente arrebatada y asaltada a nuestro infeliz pueblo que ignora este tipo de reflexiones.
Así pues, mis pies se endurecieron hasta convertirse en hielo. El alma empezó a temblar y a buscar un recodo de compasión en algún “otro” cercano, enfrente, sobre el piso de concreto de un pedazo del Hemiciclo a Juárez. Nos separamos para buscar a nuestra respectiva gente con quienes poder unir nuestra voz y marchar hasta la plataforma de la “verdad y la esperanza”. La sensación de amargura con sentimiento de tristeza crecía, no atinaba a pensar que era lo que me estaba pasando. No obstante lo maravilloso de los que marchaban, firmes, alegres y con novedosísimos mensajes de protesta plasmados en camiones, mantas y pancartas. Consignas apropiadas para ese mismo instante, niños con sus madres, madres jóvenes y abuelita; decenas de expectantes en las banquetas, grupos de tres a cuatro personas jóvenes con cámara en mano y discutiendo el suceso, el hecho.
De repente me di cuenta que estaba perdiendo el paso para llegar hasta mi destino, el asta bandera del Zócalo. Saqué el celular y me comuniqué con César: “Oye, donde están, ando por la Juárez, aquí donde antes era museo de artesanías, -le dije, apenas nos escuchábamos- Pos aquí, tratando de llegar a la bandera, apúrate, solo que hay miles de gentes y no se puede avanzar-“. Me senté un momentito en la banqueta para acomodar las camisetas, indispensables para la lucha, y apenas me levanté, escuché: “No que no, sí que sí, ya volvimos a salir, Chihuahua presente, Con Juárez y Obrador, la lucha sigue,.. sigue. …. Me incorporé de inmediato, junto a una joven pareja que pertenecen a la resistencia civil. Caminamos juntos, nos identificamos y Argelia, me invitó a pertenecer al grupo de Juárez, y organizar con los de Chihuahua la estrategia para tomar los puentes el 1º. De Enero. – Ay, claro, NO PASARAN- Así, hasta que divisamos a un vendedor de calendarios del 2008 sobre el movimiento, - ¿Quieren uno? les pregunté, de inmediato me salí de la formación y compré tres. ------ Al voltear, ya los había perdido.
El alma volvió a temblar, la sensación ahora de soledad, de pérdida. Mientras pensaba en el trozo de sentimiento y corazón que dejé en la butaca de la sala 4 del cine Manacar, donde la noche anterior había revivido un hito en mi vida, con el FRAUDE del 2006. 2 de Julio, del año pasado, cuando toqué fondo en la depresión y en el reclamo de “mi gente”, como si hubiese sido la “culpable” del genocidio cometido en todos nosotros, el pueblo y el nonato inocente y nuevo que está por venir. Y en todos aquéllos niñitos y niñitas que no tienen acceso al humanismo, por que se les ha privado el derecho a ser, seres humanos. Pensé en mis hijos, en mis nietos, y en todos los niños que están impedidos de crecer con amor y confianza depositado en ellos por sus padres, por sus abuelos, por sus maestros. Pensé también cuando fuimos carne de cañón y perdimos la vida miles de humanistas en el 68. De un golpe mi sentimiento voló y abarcó muchos de los grandes momentos de injusticia que abarca mi experiencia. Tabasco y Chiapas, destinados a desaparecer. ¿Por qué lo permitimos, qué podemos hacer?.
Apenas fue un trocito de aquella horrible noche del 2 de Julio y amanecer del 3. Perredistas o no, engañando a la gente. Atropellando a todo mundo, los prianistas corriéndome de las casillas porque yo era solamente representante general de casilla. Jóvenes excluídos de la participación ciudadana, que no pudieron hacer nada ya que nunca les llegó su nombramiento, de 20 casillas sólo en una hubo representante de la coalisión; este pobre hombre me aventó una de las sábanas a la hora del conteo, y me dijo: -Perdóneme maestra, esto es una verdadera mierda, él mismo envió al perredé de Chihuahua, al comité estatal presidido por Héctor Barraza, un sobre con un acta de prueba, donde los obligaban a llenarla para Calderón, anexó una cartulina diciendo “en la casilla 911 nos obligaron a rellenar boletas por Calderón. Con lágrimas en los ojos se dirigió a la reja de ese enorme campo militar, una escuela, donde había 13 casillas. Jaloneos y gritos de la gente que se quedó afuera ya que a las 18:00 horas fue orden de “cerrar puertas”. De este maestro no hemos vuelto a saber nada, no aparece por ningún lado. Solo tiene un hijo. ¿Desaparecido?. ¿Intimidado y/o amenazado?, o, ¿qué? Todo fue filmado y el relato de ese testimonio, nada pasó, ni ha pasado todavía. A Gabriel le quemaron la casilla unas horas antes de la elección en la Sierra, Guachochi, y tuvo que traerse a los indígenas en un camión de redilas a Chihuahua,a votar en una casilla especial. Reclamos ante el IFE al tercer día, y la respuesta fue agresiva, majadera, por parte de los panuchos, en alta complacencia de los “facundistas” de la coalisión, sobre todo los cínicos del perderé. Al maestro Romero, lo trajeron, junto con su madre, de la ceca a la meca en cinco casillas, y en ninguna aparecieron registrados. Finalmente la señora Conchita murió de un infarto tres días después.
Así que lo que vimos con Mandoki es sólo un fragmento del genocidio que se cometió con los más de 46 millones de mexicanos que acudimos a votar. Consideramos que si tienen más de trescientas horas de grabaciones, pueden hacer Fraude I, II y hasta V. Y lo decimos que la desmoralización fue muy grande, y todos clamamos *justicia*. Sobre todo por hoy, ayer domingo, hubo momentos en que se volvió a experimentar esa sensación de desconfianza entre nosotros mismos, como que ya no fue la experiencia de la soltura y la algarabía de todos juntos, ricos, pobres, clasemedieros, rete-pobres, de todos tamaños y sabores, clamando con enorme esperanza, por el venidero despertar del pueblo todo. Entendiendo, desde luego que la represión, la amenaza y los asesinatos o desapariciones, son muy frecuentes en la actual dictadura militarizada. Que el logro de la película es grande e invaluable, además como cineasta y productor Mandoki y Arreola respectivamente, tiene una formidable edición y es consecuente con lo que se plantea, ya que el expectador común se identifica con todo ese gigante personaje llamado **Fraude** y se convierte en intérprete, ya casi a un minuto más de ser un verdadero crítico. Porque como dice López Obrador, “piensen, necesitamos la revolución de las conciencias” , y que no es ésto, acaso, el ir más allá de lo aparente, investigar por cuenta propia, y hacer la crítica social correcta y oportuna, y así jamás volver a ser acarreados, engañados, y sobre todo vendernos hasta por un plato de lentejas..
-“Cabrón por qué no trajistes el hielo”, - “no me lo dejaron pasar guey.- Estas expresiones me bajaron de inmediato a tierra. Intenté correr, y sólo caminé a paso veloz para buscar a mis ahora, amigos. No fue posible encontrarlos, era una mar de gente, unos se apretujaban, otros no querían dejar pasar, de vez en cuando me subía a la banqueta para ver más allá. De repente, mis ojos se toparon con un enorme armatoste de enmohecida herrumbre, en medio del Zócalo, nuestra plaza, ¿Pués que está haciendo Ebrard? - No, seño, si hasta allá por 20 de Noviembre hay vallas y maquinaria, no dejan pasar, y a nosotros no nos han dicho si podemos vender todavía - era un señor que traía un morral de cositas para vender. Seguí metiéndome como pude, hasta llegar al módulo del comité de credencialización para apoyar a Alejandro Encinas. Ahí, decidí quedarme. Trepé la orilla de la banqueta, junto a la mesita donde estaban trabajando los compañeros encinistas. Luego comencé por buscar alguna cara conocida de Chihuahua, o de algún otro lado. Ya no encontré a esas caras simpáticas que demostraban simpatía por los pobres, piedad por los humillados. De inmediato pensé en la indiferencia, o el miedo. Factores que el imperio imbuye en todos para seguir vivo. No, ya no asisten a la concentración de los pobres, de los mechudos, cebudos intelectuales de siempre. Lo cual no quiere decir que no estén y apoyen a López Obrador, sino que cada quien desde su trinchera, se han conformado en núcleos de activistas, y por fuerza tienen que mostrar indiferencia a la concentración de las masas, que es el verdadero pueblo.
Anteriormente, esta chusma no garantizaba seguridad, pues había mucho infiltrado y paramilitarismo traidor, como fue el 68. Así que nos agarraban a todos juntos y las matanzas se consumaban. El de hoy es un Pueblo de contestatarios, radicalmente convencidos de que la única esperanza es seguir juntos pese a “los olores y colores”, pese a los tamaños y edades; y que hemos llegado al temerario extremo de entregarnos a la lucha con un líder, honesto y valiente. También somos valientes, y no es porque no tengamos nada que perder, al contrario, el pobre lo único que tiene es la vida, ¿y para qué la quiere, si jamás la vivirá?. Y por eso lucha, lucha hasta la muerte, porque su finalidad es encontrar la verdad sobre la desigualdad y la injusticia. No se puede creer en entelequias, los contenedores están vacíos. Como pueblo, los mexicanos hemos rebasado a las instituciones, sólo las usamos cuando es necesario, con astucia y estrategias que el imperio desconoce. No tenemos miedo a los gendarmes, policías y pefes que nos vigilan, mientras estemos aquí abajo, hasta los provocadores nos reconocen como valientes. Esta también puede ser una razón de que haya trincheras por doquier, con subterfugios para no perder la chamba, o de aquellos que actúen como Santo Tomás, hasta no ver no creer.
Solo, queridos lectores, que los de abajo, ahora si estamos convencidos, de que el Gobierno Legítimo presidido por Andrés Manuel, rindió un informe de actividades, cien por ciento verdaderas, y su propuesta es continuar con más ahínco en la rebeldía pacífica, atacando los puntos nodales de la crísis. Todos y cada uno, informar a la gente del porque el aumento de precios y gasolinas; preservar el ánimo y no caer en la violencia; la lucha por el petróleo, estar alertas; y que nuestras actitudes no afecten a terceros.
Estamos andando un camino nuevo, diferente a las anteriores experiencias de lucha, solo que somos los mismos y estamos decididos a convertir a México en un país libre.
El próximo cobijazo, estimados lectores, contiene reflexiones y experiencias del encuentro en el Zócalo, de las 11:30 a las 3:45 de la tarde. Saludos a todos y a dios rezando y con el mazo dando.
Eugenia Díaz Medina México, D. F. Noviembre 19 de 2007
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