Elizabeth Alcalá Esqueda
Hace casi dos siglos --según nos decían en la clase de historia de México-- el padre Hidalgo hizo tañer las campanas de la iglesia en Dolores, Hidalgo, para llamar a los feligreses y al pueblo en general a luchar por su libertad. Ese llamado a la insurgencia ha pasado a ser un emblema de todos los mexicanos, tanto así que cada 15 de septiembre se intenta emular a través de un acto parecido, aunque nunca igual.
Paradójicamente, este último domingo 18 de noviembre del 2007, fecha de conmemoración del inicio de la Revolución Mexicana en Puebla (por los hermanos Serdán), el jerarca de la Catedral metropolitana, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera, ordenó también tocar las campanas de forma frenética a fin de atraer la atención de la población. Sin embargo, su llamado esta vez no era en pos de la libertad de la población y la liberación del yugo gubernamental, antes al contrario, fue para detener cualquier posibilidad de reproche contra el gobierno usurpador. Doce minutos ininterrumpidos fueron suficientes para distraer y ensordecer a quienes se encontraban a un lado de la catedral escuchando atentamente a la senadora Rosario Ibarra de Piedra, sin molestar a nadie.
El 15 de septiembre, Día de la Independencia de México, pasó lo mismo, aunque esa vez no fueron campanas sino bocinas puestas a tantos decibeles que era imposible permanecer ahí y, en consecuencia, se hizo para evitar la presencia de la población descontenta en una noche supuestamente donde se recuerdan los gritos de libertad.
!Qué paradójico! o qué trágico más bien. Los dos días donde el pueblo, ese mismo pueblo que respondió al llamado del padre de la independencia, ahora es impedido a hacer uso de sus derechos de hablar a quien debe hablarle. Es decir, no puede usar la iglesia (supuestamente la casa de Dios) para reclamar sus derechos, como tampoco puede usar el espacio público para manifestar a quien dice representarlo. ¿A quiénes representan entonces Rivera y Calderón? ¿A quienes si ni siquiera son capaces de dejar hablar a quien se siente ofendido por ellos?
¿La iglesia es un sitio privado? ¿No se supone que se sostiene de las limosnas? ¿Quién mantiene a las iglesias? O, más aún, dónde está la inteligencia o la comprensión del "representante de Dios", si ni siquiera puede comprender el enfado de los mexicanos que día a día ven socabadas sus esperanzas? ¿Cuánto más estirarán de la cuerda hasta romperla? ¿A quién seguirán responsabilizando de sus propias perversiones? Por quién tocan las campanas los campañeros...
FRAUDE: México 2006. Estreno nacional del documental de Luis Mandoki. Un documento histórico de los mexicanos. ¿Te atreverás a verla?
PROPUESTA: LOS 205 MILLONES DE DÓLARES INCAUTADOS AL CHINITO NARCO-FARMA QUE SE DESTINEN PARA TABASCO Y CHIAPAS A LA VOZ DE YA!!!
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