Existen hombres y mujeres que ante la adversidad se crecen. No pareciera ser el caso de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa en la tragedia que afecta a uno de los dos millones de habitantes de Tabasco.
El michoacano pasó a descargar su malestar en los habitantes de Villahermosa, con el agua literalmente hasta el cuello, por las inocultables muestras de rechazo que recibió del público el domingo 28 de octubre en el Auditorio Nacional, al concluir el concierto de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina. Y que según la percepción oficial lo provocó Andrés Manuel López Obrador, otro tabasqueño pero de Macuspana, y no una profunda herida en el tejido ciudadano que 16 meses después no logra cauterizar.
Calderón Hinojosa y Margarita Zavala Gómez del Campo cambiaron de atuendo tres días después y agarraron la pala para llenar costales con arena, los suficientes para la imagen televisiva y la foto.
El sudoroso dueto empezó a recibir reclamos y peticiones de urgente, elemental ayuda, mientras otros damnificados observaban y Calderón no pudo contener el grito: “¿Faltan palas, o qué?” La respuesta suicida de un ciudadano no tardó: ”¡Que se quede toda la noche!”. Y provocó que al economista y abogada le brotara el autoritario que todos, en mayor o menor medida, llevamos dentro: “¡Vente, o mando por ti!”, amenazó dos veces rodeado de militares como es habitual.
Después vendría la sobreactuada cadena nacional de Calderón, la histeria dizque informativa del duopolio televisivo y el oligopolio radiofónico que como siempre, junto a Wal-Mart y otros corporativos trasnacionales, buscarán deducir del pago de impuestos la ayuda generosa que recolectan de los mexicanos.
Finalmente el economista y abogado entregó su diagnóstico: “El origen y la causa de esta catástrofe está precisamente en la enorme alteración climática que, se reconozca o no, se ha provocado”. ¿Quién dice que la banda presidencial no da para actuar como gastroenterólogo y establecer como “gastritis aguda” la causa de la muerta de la náhuatl Ernestina Ascencio Rosario?
Y todo porque Andrés Granier Melo –quien llegó a la Quinta Grijalva gracias al monumental derroche de recursos públicos que administraba Manuel Andrade Díaz, éste cuando estaban a cargo de Roberto Madrazo Pintado a resultas de una elección que aún se afirma superó el gasto de William Jefferson Clinton para llegar por primera vez a la Casa Blanca: “Aquí todos sabemos que cuando turbinan (la hidroeléctrica Peñitas), el río sube”.
Para los especialistas la Comisión Federal de Electricidad decidió acumular agua en las cuatro presas de las cuatro plantas hidroeléctricas a lo largo del Grijalva. Además de que se construyeron sin prever inundaciones, las plantas no trabajaron a toda su capacidad porque el gobierno está obligado a comprar energía a empresas privadas, las presas se saturaron de agua y por ello decidieron liberar la de Peñitas a razón de 2 mi metros cúbicos por segundo –un metro cúbico equivale a mil litros-- que bastaron para romper los diques del río y extender la inundación.
Es preciso incluir la política preferencial a la generación de las plantas de gas natural de empresas extranjeras y el desplazamiento de la CFE, la construcción de presas para generar electricidad sin contemplar las inundaciones, la desviación de recursos destinados a obras hidráulicas –como los 1,970 millones de pesos que entregó Petróleos Mexicanos a Madrazo y Andrade --defraudadores de la voluntad ciudadana y, en consecuencia, de recursos públicos--, amén del discrecional manejo de los 30 mil millones de dólares que invirtió la Federación en tres décadas y que son superiores a los del Plan Marshall con el que Estados Unidos hizo su aporte a la reconstrucción europea, tras la II Guerra Mundial y para contener la creciente influencia soviética.
Un océano de corrupción, ineptitud e improvisación es la causa de la tragedia que aún padecen los tabasqueños. Ocultarlo no sólo es criminal sino inaceptable.
Acuse de recibo
El ingeniero Leopoldo Peña del Bosque critica el apartado del discurso que en materia de avances en seguridad pública pronunció Calderón en la clausura de la Quinta Cumbre de Negocios, en Monterrey, Nuevo León. Con encabezados del periódico El Norte, del 31 de octubre, lo desmiente y concluye: “Quizá lo acontecido fue que Felipe se equivocó de estado para soltar tan soberanas mentiras, porque si lo hubiera dicho en Tabasco, donde está inundado el 70% del estado, otro gallo nos cantara; ahí sí que los delincuentes andan apurados por no ahogarse, luego los delitos han menguado seguramente porque los ladrones necesitarían de equipos de buceo para allegarse de lo ajeno”... Le comparto la invitación de Cristina Alcayaga a la presentación del volumen Ojos que sí ven. La explotación infantil, el 6 de noviembre a las 19 horas en Casa Lamm, Álvaro Obregón 99, colonia Roma, DF… Empezará a circular Prueba de fe. La red de cardenales y obispos en la pederastia clerical, libro de la talentosa y valiente Sanjuana Martínez.
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