México: Felipe Calderón está decidido a privatizar el petróleo
El PAN, partido gobernante, no ha podido privatizar aún, por la creciente oposición
El PAN ha instaurado un sistema económico injusto y absurdo que deja en el olvido la seguridad y la felicidad de los ciudadanos. Un nuevo capítulo para la construcción del bien común se abre con la pugna por la privatización de las fuentes energéticas, un resultado al que aspiran los globalistas que dirigen a la Comisión Federal de electricidad y a la empresa Petróleos Mexicanos. Esta entrevista a Irma Manrique por Patricio Cortés es reveladora.
El FMI y el BM (Banco Mundial) ejercen mucha presión a México. EEUU al consumir la cuarta parte de la energía mundial es vulnerable a la crisis que se avecina.
Existen dos organismos internacionales cuyas recetas han dirigido el rumbo económico de México, sobre todo en los últimos 25 años: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Aunque oficialmente trabajan para el desarrollo y bienestar de las naciones de facto queda claro a quien sirven: los grandes capitales de Estados Unidos y sus socios mayores.
Si revisamos sus documentos nos encontramos que año con año las recomendaciones son básicamente las mismas: privatizar todo lo que pueda significar mayor ganancia para los grandes capitales, sobre todo el sector energético (aunque usan el término apertura), aumentar los impuestos al consumo (IVA en alimentos y medicinas) para disminuir la debilidad hacendaría crónica de nuestro país y la flexibilidad laboral.
Tan los últimos presidentes y el actual van en esa línea que Horst Köhler (entonces presidente del FMI) dijo en septiembre del 2000: "No es necesario aconsejar a las autoridades y a los gobiernos de esos dos países acerca de la necesidad de promover la economía de mercado y la democracia. Ellos lo saben. Con respecto a México, el gobierno del presidente Zedillo y ahora del presidente electo (Vicente) Fox, no es necesario pedirles que abran los mercados, porque ambos están convencidos de ello". Esas declaraciones reflejan la complacencia del Ejecutivo; pero constantemente hacen el llamado a los legisladores para que aprueben las reformas estructurales, y el hecho de que nuestro secretario de Hacienda venga del FMI lo corrobora.
El BM y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se suman con recomendaciones muy similares. Por ejemplo, en educación estos dos organismos proponen que la básica siga en la gratuidad y que después sólo haya educación para el trabajo (carreras técnicas), proponen entregar la educación superior a la iniciativa privada o que por lo menos deje de ser gratuita.
La doctora Irma Manrique Campos especialista en estudios hacendarios y del sector público de Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México advierte: "Es un ataque neoliberal muy peligroso; lo quieren todo. Les molesta que creemos conciencia, eso no lo hacen más que las universidades, por eso quieren que no existan; particularmente los centros de investigación social, pensar es peligroso. Si uno visita universidades extranjeras ve que casi no existen facultades de estudios políticos, la economía está reducida a programas sostenidos con la ideología neoclásica".
La investigadora nos refiere que en el siglo XIX el dominio hegemónico de la economía mundial lo tenía Inglaterra. Sin embargo, tras las guerras mundiales, Estados Unidos fue adquiriendo fuerza, se convirtió en el principal proveedor y acreedor del mundo por lo que empezó a imponer las reglas del juego.
Tras la I Guerra Mundial Estados europeos empieza a tomar medidas proteccionistas (antes la economía era de libertad absoluta) imponen aranceles y hacen devaluaciones para ser competitivos. "Esto lleva a la intervención del Estado que es lo que logra levantar a la economía; porque no es a través de la conciencia de la inversión privada que se va a levantar la economía sino de la inversión pública, es la primera forma contemporánea de actuar de la economía en términos mundiales. La filosofía ya no es que el Estado deja pasar, deja ser", expone.
Tras la II Guerra Mundial se dan los Acuerdos de Bretton Woods que son las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, (su nombre lo deben al complejo hotelero donde se dieron las reuniones). La postura estadunidense se impone "Precisamos de grandes mercados por todo el mundo, donde comprar y vender". De ahí surge el Fondo Monetario Internacional para estabilizar las balanzas de pagos y el Banco Mundial para fomentar el crecimiento y desarrollo. Queda impuesto el patrón oro, pues a Estados Unidos le convenía por ser quien poseía mayor cantidad del preciado metal. Ya en los años 70, de acuerdo con la doctora Irma Manrique, cuando Estados Unidos gasta gran parte de sus reservas en proyectos militares, se desligan del oro y entra en juego el patrón papel.
"Creó inflación a través de sus billetes. Y todos los países que tenemos en reserva billetes verdes absorbemos toda la circunstancia norteamericana. Esa ha sido una realidad, no hay convertibilidad de la moneda en oro porque lo decidió Estados Unidos. Aparte, lo que hizo fue colocar inversión extranjera primero en Europa y luego en los países latinoamericanos", añade.
"Quedamos todos los países insertos en los planes de esos dos grandes organismos financieros, al mismo tiempo presas de sus decisiones. No se puede actuar por fuera porque estamos acordando, negociando que somos países miembros. Si México tenía un problema de balanza de pagos y en lugar de devaluar la moneda le pide prestado al Fondo Monetario Internacional. Este le presta pero determinan que los desequilibrios los produce la inflación que por exceso del incremento de precios al interior de los países está produciendo una incompetitividad de los países, lo comprometen a seguir sus reglas", comenta.
Con la molestia reflejada en su rostro, advierte: "Todas estas sugerencias que tienen el FMI y el BM se han vuelto obligatorias, porque en la medida que nuestros países no han podido mantener una balanza de pagos equilibrada hemos estado permanentemente en manos del financiamiento de los Estados Unidos. No fue que tenga fondos para siempre el FMI, sino que se volvió aval de los bancos privados internacionales y entonces ejerce el mismo tipo de control que cuando lo hacia directamente: ’Yo te voy a decir quienes están bien para prestarles’. Se le presta a aquel que cumple a pie puntillas la carta de intención que es mantener finanzas públicas equilibradas, que no exista control de cambios, que mantenga un tope salarial porque la demanda hace la inflación. Con una ideología de esta naturaleza, naturalmente la inflación no depende del dinero en circulación, no es ahí donde se gesta".
A esto se suma el Consenso de Washington: "Obliga a reestructurar las economías y la única forma de restructurar -nos dice- es privatizando, que el Estado ya no tenga un sector público de la magnitud que tenia en otros años. Entonces se determinó que por esta competencia desleal del Estado con las empresas privadas, no podía seguir adelante el capitalismo que se veía golpeado por el Estado. Impusieron en primer lugar la desregulación, quitar las reglas, las leyes cambiarlas para que ya no protejan, que se liberalicen los países en términos comerciales, económicos y financieros. Esto es lo que le conviene realmente al gran capital. Al capital ya no le interesa explotar el sector primario o secundario, le interesa el sector terciario, es decir: donde está el movimiento financiero de bancos y de flujo de capital".
Un rubro donde ejercen mucha presión los organismos internacionales es en el energético pues Estados Unidos al consumir la cuarta parte de la energía mundial es vulnerable a la crisis que se avecina. La entrevistada advierte: "Para privatizar el petróleo necesitan reformar la Constitución, pero no han podido hacerlo porque se han encontrado con que ahora hay oposición, por suerte; mal que bien no tenemos de todas y todo ganado, pero tenemos partidos opositores".
Rechaza tajantemente que la privatización, recomendada, del sector energético pueda ser benéfica para los mexicanos y explica: "En el momento en que hay privatización hay cambios de patrimonio nacional hacia el sector privado y esa es la pugna, que se privaticen todas aquellas zonas económicas que le interesan al sector privado, particularmente al sector privado norteamericano, lo que es estratégico, el petróleo, el agua. Sobre esa zona va a crear guerras para poder demostrar que no están siguiendo los lineamientos, están contra la paz el armamento nuclear, van penetrando van apoderándose de los países".
Sobre la posibilidad de no obedecer opina: "Es una decisión política, básicamente, y bueno es una decisión de un Estado conformado por gobernantes de carne y hueso que hoy no representan a todos los ciudadanos; representan intereses económicos básicamente y a esos intereses económicos es a los que hay que soliviantar y son soliviantados, ya lo hemos visto"
¿El actual régimen está más pegado?
Por supuesto, a pie puntilla están decididos a privatizar el petróleo, la electricidad y todo lo que más se pueda. Sobre la electricidad ya avanzaron lo que hacen es ir sobre las partes redituables como las comerciales, las estructurales que son las más latosas, ésas que el Estado se encargue de ellas".
¿Entonces si hay salida?
Se puede llegar a un punto de tener un proyecto nacional, es lo que necesitamos. Sí se puede hacer cosas con todo el peso y presión de Estados Unidos, bueno tenemos también poder de decisión, pero necesitamos un tipo de gobierno congruente a nuestras necesidades no a las del gran capital", complementa.
Nos dicen que ya no debemos dinero al FMI ¿Eso nos da mayor libertad Suponiendo que sea cierto?
En un momento dado no se le debe a aquel organismo que nos presta para equilibrar la balanza ¿Tenemos balanza equilibrada? Hemos logrado algún avance en la balanza de pagos a través de las entradas de las remesas, eso se puede acabar. El petróleo también se lo están acabando y se lo están llevando. Va a llegar un momento en que digamos: sí, por favor, FMI de nuevo préstanos y volvemos a quedar engarzados ahí".
Reconoce: que "Es un juego de política económica internacional que ya no es necesariamente que porque se firmó una carta de intención. Estamos ligados por muchos intereses, no podemos darnos el lujo de, por ejemplo, crear un impuesto que obligue a los capitales externos a pagar impuestos aquí o que estén un tiempo y no se vayan, porque entonces se van. Nosotros tenemos el compromiso de que entren y que se queden los más que se pueda, porque saben que en la medida que entran aunque siguen trabajando para ellos mismos, el dinero que entra equilibra la balanza, aunque no sirva para el desarrollo interno".
La flexibilidad laboral para la competitividad, no es otra cosa que desaparecer las conquistas laborales, despojando a los trabajadores de todos sus derechos. El Banco Mundial incluso nos entregó el sexenio pasado un documento con sus propuestas laborales que se reducían en una, eliminar la Ley Federal del Trabajo. Fox, por supuesto, dijo concordar con ello.
Irma Manrique explica: "Después de la II Guerra Mundial los acuerdos entre el gobierno y el sector privado eran: Nosotros (empresarios) vamos a determinar el salario mínimo, para que tengas quieto a todo el obreraje, vas a tener quieta toda la masa, la vas a tener quieta. Sí determinamos un salario mínimo tú lo obedeces, le haces llegar esto al sindicato y si no quiere ablándalo tantito. Poco a poco esto de los sindicatos fue cediendo con razones neoliberales, de que no hay para que tener un contrato colectivo y por lo tanto no se requiere un sindicato, vamos haciendo la contratación más libre, flexible y esto nos va a permitir darle a cada quien según su trabajo. De ahí empieza a haber la desregulación. Desocupar cuando le conviene al patrón sin derechos y también de dar, según esto, si lo merecen un sueldo mayor o menor, indiscriminadamente".
El BM y el FMI nos dicen que con flexibilidad laboral habrá más empleos y crecimiento, pues al gastar menos en la nómina vendrán los capitales; sin embargo, hoy en día podemos ver que muchísimos autoservicios, gasolineras, hoteles, fabricas, están ofreciendo empleos, pero no se cubren sus plazas porque los sueldos ofrecidos no resuelven la situación económica de nadie. ¿Quién puede sobrevivir con mil seiscientos pesos (110 euros)? La economista nos dice la consecuencia: "El crecimiento de la informalidad que es una deformación por este tipo de fenómenos que se dan en el capitalismo subdesarrollado, porque no hay peor cosa que el subdesarrollo".
Concluye: "Ha sido a través de estos dos organismos que han ido abrochando y apretando los tornillos para que los países obedezcan".
Existen dos organismos internacionales cuyas recetas han dirigido el rumbo económico de México, sobre todo en los últimos 25 años: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Aunque oficialmente trabajan para el desarrollo y bienestar de las naciones de facto queda claro a quien sirven: los grandes capitales de Estados Unidos y sus socios mayores.
Si revisamos sus documentos nos encontramos que año con año las recomendaciones son básicamente las mismas: privatizar todo lo que pueda significar mayor ganancia para los grandes capitales, sobre todo el sector energético (aunque usan el término apertura), aumentar los impuestos al consumo (IVA en alimentos y medicinas) para disminuir la debilidad hacendaría crónica de nuestro país y la flexibilidad laboral.
Tan los últimos presidentes y el actual van en esa línea que Horst Köhler (entonces presidente del FMI) dijo en septiembre del 2000: "No es necesario aconsejar a las autoridades y a los gobiernos de esos dos países acerca de la necesidad de promover la economía de mercado y la democracia. Ellos lo saben. Con respecto a México, el gobierno del presidente Zedillo y ahora del presidente electo (Vicente) Fox, no es necesario pedirles que abran los mercados, porque ambos están convencidos de ello". Esas declaraciones reflejan la complacencia del Ejecutivo; pero constantemente hacen el llamado a los legisladores para que aprueben las reformas estructurales, y el hecho de que nuestro secretario de Hacienda venga del FMI lo corrobora.
El BM y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se suman con recomendaciones muy similares. Por ejemplo, en educación estos dos organismos proponen que la básica siga en la gratuidad y que después sólo haya educación para el trabajo (carreras técnicas), proponen entregar la educación superior a la iniciativa privada o que por lo menos deje de ser gratuita.
La doctora Irma Manrique Campos especialista en estudios hacendarios y del sector público de Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México advierte: "Es un ataque neoliberal muy peligroso; lo quieren todo. Les molesta que creemos conciencia, eso no lo hacen más que las universidades, por eso quieren que no existan; particularmente los centros de investigación social, pensar es peligroso. Si uno visita universidades extranjeras ve que casi no existen facultades de estudios políticos, la economía está reducida a programas sostenidos con la ideología neoclásica".
La investigadora nos refiere que en el siglo XIX el dominio hegemónico de la economía mundial lo tenía Inglaterra. Sin embargo, tras las guerras mundiales, Estados Unidos fue adquiriendo fuerza, se convirtió en el principal proveedor y acreedor del mundo por lo que empezó a imponer las reglas del juego.
Tras la I Guerra Mundial Estados europeos empieza a tomar medidas proteccionistas (antes la economía era de libertad absoluta) imponen aranceles y hacen devaluaciones para ser competitivos. "Esto lleva a la intervención del Estado que es lo que logra levantar a la economía; porque no es a través de la conciencia de la inversión privada que se va a levantar la economía sino de la inversión pública, es la primera forma contemporánea de actuar de la economía en términos mundiales. La filosofía ya no es que el Estado deja pasar, deja ser", expone.
Tras la II Guerra Mundial se dan los Acuerdos de Bretton Woods que son las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, (su nombre lo deben al complejo hotelero donde se dieron las reuniones). La postura estadunidense se impone "Precisamos de grandes mercados por todo el mundo, donde comprar y vender". De ahí surge el Fondo Monetario Internacional para estabilizar las balanzas de pagos y el Banco Mundial para fomentar el crecimiento y desarrollo. Queda impuesto el patrón oro, pues a Estados Unidos le convenía por ser quien poseía mayor cantidad del preciado metal. Ya en los años 70, de acuerdo con la doctora Irma Manrique, cuando Estados Unidos gasta gran parte de sus reservas en proyectos militares, se desligan del oro y entra en juego el patrón papel.
"Creó inflación a través de sus billetes. Y todos los países que tenemos en reserva billetes verdes absorbemos toda la circunstancia norteamericana. Esa ha sido una realidad, no hay convertibilidad de la moneda en oro porque lo decidió Estados Unidos. Aparte, lo que hizo fue colocar inversión extranjera primero en Europa y luego en los países latinoamericanos", añade.
"Quedamos todos los países insertos en los planes de esos dos grandes organismos financieros, al mismo tiempo presas de sus decisiones. No se puede actuar por fuera porque estamos acordando, negociando que somos países miembros. Si México tenía un problema de balanza de pagos y en lugar de devaluar la moneda le pide prestado al Fondo Monetario Internacional. Este le presta pero determinan que los desequilibrios los produce la inflación que por exceso del incremento de precios al interior de los países está produciendo una incompetitividad de los países, lo comprometen a seguir sus reglas", comenta.
Con la molestia reflejada en su rostro, advierte: "Todas estas sugerencias que tienen el FMI y el BM se han vuelto obligatorias, porque en la medida que nuestros países no han podido mantener una balanza de pagos equilibrada hemos estado permanentemente en manos del financiamiento de los Estados Unidos. No fue que tenga fondos para siempre el FMI, sino que se volvió aval de los bancos privados internacionales y entonces ejerce el mismo tipo de control que cuando lo hacia directamente: ’Yo te voy a decir quienes están bien para prestarles’. Se le presta a aquel que cumple a pie puntillas la carta de intención que es mantener finanzas públicas equilibradas, que no exista control de cambios, que mantenga un tope salarial porque la demanda hace la inflación. Con una ideología de esta naturaleza, naturalmente la inflación no depende del dinero en circulación, no es ahí donde se gesta".
A esto se suma el Consenso de Washington: "Obliga a reestructurar las economías y la única forma de restructurar -nos dice- es privatizando, que el Estado ya no tenga un sector público de la magnitud que tenia en otros años. Entonces se determinó que por esta competencia desleal del Estado con las empresas privadas, no podía seguir adelante el capitalismo que se veía golpeado por el Estado. Impusieron en primer lugar la desregulación, quitar las reglas, las leyes cambiarlas para que ya no protejan, que se liberalicen los países en términos comerciales, económicos y financieros. Esto es lo que le conviene realmente al gran capital. Al capital ya no le interesa explotar el sector primario o secundario, le interesa el sector terciario, es decir: donde está el movimiento financiero de bancos y de flujo de capital".
Un rubro donde ejercen mucha presión los organismos internacionales es en el energético pues Estados Unidos al consumir la cuarta parte de la energía mundial es vulnerable a la crisis que se avecina. La entrevistada advierte: "Para privatizar el petróleo necesitan reformar la Constitución, pero no han podido hacerlo porque se han encontrado con que ahora hay oposición, por suerte; mal que bien no tenemos de todas y todo ganado, pero tenemos partidos opositores".
Rechaza tajantemente que la privatización, recomendada, del sector energético pueda ser benéfica para los mexicanos y explica: "En el momento en que hay privatización hay cambios de patrimonio nacional hacia el sector privado y esa es la pugna, que se privaticen todas aquellas zonas económicas que le interesan al sector privado, particularmente al sector privado norteamericano, lo que es estratégico, el petróleo, el agua. Sobre esa zona va a crear guerras para poder demostrar que no están siguiendo los lineamientos, están contra la paz el armamento nuclear, van penetrando van apoderándose de los países".
Sobre la posibilidad de no obedecer opina: "Es una decisión política, básicamente, y bueno es una decisión de un Estado conformado por gobernantes de carne y hueso que hoy no representan a todos los ciudadanos; representan intereses económicos básicamente y a esos intereses económicos es a los que hay que soliviantar y son soliviantados, ya lo hemos visto"
¿El actual régimen está más pegado?
Por supuesto, a pie puntilla están decididos a privatizar el petróleo, la electricidad y todo lo que más se pueda. Sobre la electricidad ya avanzaron lo que hacen es ir sobre las partes redituables como las comerciales, las estructurales que son las más latosas, ésas que el Estado se encargue de ellas".
¿Entonces si hay salida?
Se puede llegar a un punto de tener un proyecto nacional, es lo que necesitamos. Sí se puede hacer cosas con todo el peso y presión de Estados Unidos, bueno tenemos también poder de decisión, pero necesitamos un tipo de gobierno congruente a nuestras necesidades no a las del gran capital", complementa.
Nos dicen que ya no debemos dinero al FMI ¿Eso nos da mayor libertad Suponiendo que sea cierto?
En un momento dado no se le debe a aquel organismo que nos presta para equilibrar la balanza ¿Tenemos balanza equilibrada? Hemos logrado algún avance en la balanza de pagos a través de las entradas de las remesas, eso se puede acabar. El petróleo también se lo están acabando y se lo están llevando. Va a llegar un momento en que digamos: sí, por favor, FMI de nuevo préstanos y volvemos a quedar engarzados ahí".
Reconoce: que "Es un juego de política económica internacional que ya no es necesariamente que porque se firmó una carta de intención. Estamos ligados por muchos intereses, no podemos darnos el lujo de, por ejemplo, crear un impuesto que obligue a los capitales externos a pagar impuestos aquí o que estén un tiempo y no se vayan, porque entonces se van. Nosotros tenemos el compromiso de que entren y que se queden los más que se pueda, porque saben que en la medida que entran aunque siguen trabajando para ellos mismos, el dinero que entra equilibra la balanza, aunque no sirva para el desarrollo interno".
La flexibilidad laboral para la competitividad, no es otra cosa que desaparecer las conquistas laborales, despojando a los trabajadores de todos sus derechos. El Banco Mundial incluso nos entregó el sexenio pasado un documento con sus propuestas laborales que se reducían en una, eliminar la Ley Federal del Trabajo. Fox, por supuesto, dijo concordar con ello.
Irma Manrique explica: "Después de la II Guerra Mundial los acuerdos entre el gobierno y el sector privado eran: Nosotros (empresarios) vamos a determinar el salario mínimo, para que tengas quieto a todo el obreraje, vas a tener quieta toda la masa, la vas a tener quieta. Sí determinamos un salario mínimo tú lo obedeces, le haces llegar esto al sindicato y si no quiere ablándalo tantito. Poco a poco esto de los sindicatos fue cediendo con razones neoliberales, de que no hay para que tener un contrato colectivo y por lo tanto no se requiere un sindicato, vamos haciendo la contratación más libre, flexible y esto nos va a permitir darle a cada quien según su trabajo. De ahí empieza a haber la desregulación. Desocupar cuando le conviene al patrón sin derechos y también de dar, según esto, si lo merecen un sueldo mayor o menor, indiscriminadamente".
El BM y el FMI nos dicen que con flexibilidad laboral habrá más empleos y crecimiento, pues al gastar menos en la nómina vendrán los capitales; sin embargo, hoy en día podemos ver que muchísimos autoservicios, gasolineras, hoteles, fabricas, están ofreciendo empleos, pero no se cubren sus plazas porque los sueldos ofrecidos no resuelven la situación económica de nadie. ¿Quién puede sobrevivir con mil seiscientos pesos (110 euros)? La economista nos dice la consecuencia: "El crecimiento de la informalidad que es una deformación por este tipo de fenómenos que se dan en el capitalismo subdesarrollado, porque no hay peor cosa que el subdesarrollo".
Concluye: "Ha sido a través de estos dos organismos que han ido abrochando y apretando los tornillos para que los países obedezcan".
Revista Fórum, núm. 172; noviembre de 2007
* Patricio Cortés es colaborador de la revista Fórum, de la ciudad de México.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario