Indice político
Francisco Rodríguez
Electoralmente, el anterior tampoco fue un buen año para el Partido de la Revolución Democrática. De no haber sido por el triunfo -“concerta-cesionado”- en Michoacán, realmente hubiera sido desastroso. No obstante, habría que precisar: en la tierra de los Cárdenas, la de don Lázaro y don Dámaso, pasando por Cuauhtémoc hasta llegar a Lazarito, realmente ganó perdiendo el señor Felipe Calderón, pues al disciplinarse Leonel Godoy a los “Chuchos”, abjurando de López Obrador, brindó de inmediato un parcial reconocimiento al ocupante de Los Pinos.
Triunfo pírrico para todos. Para los Cárdenas, que conservan el feudo. Para Calderón, el reconocimiento --repito: parcial-- a su legitimidad.
En los demás estados, en el resto de los procesos electorales del 2007, el resultado para el PRD es prácticamente cero. Ninguna posición relevante. Ninguna mayoría legislativa local. Justo como estaba antes del fenómeno político Andrés Manuel López Obrador.
Sin AMLO, el PRD es nada. Cero.
Peor pintan las cosas para el sol azteca, cuando el proceso interno que tiene en puerta este partido ha polarizado aún más las corrientes internas, que realmente no tienen mucho para donde hacerse: o es Alejandro Encinas, apoyado por Andrés Manuel López Obrador, o es Jesús Ortega, cabeza visible de los llamados “Chuchos”. Ninguno más de los aspirantes tiene posibilidades serias de ocupar la dirigencia nacional formal.
Porque son dos los liderazgos reales al seno del amarillo y negro. El creciente de López Obrador, el menguante de Cárdenas Solórzano.
Y si el PRD quiere crecer electoralmente, depende en gran medida del trabajo político de López Obrador, quien aún con las puertas cerradas de la mayoría de los medios de comunicación, sigue haciendo un gran proselitismo en toda la República, al visitar entre 25 y 30 municipios por semana, lo que le brinda una gran cercanía con la gente. Más ahora que la reforma electoral prohíbe la publicidad en la radio y televisión. Esto, indudablemente, lo pone por encima de cualquier otro prospecto político para el 2012, por el momento.
López Obrador sabe que su partido debe construir una estructura muy sólida de cara ha las elecciones presidenciales, ya que este fue uno de sus grandes problemas en los anteriores comicios federales.
Junto con AMLO, Marcelo Ebrard es otro de los grandes prospectos para la elección que se llevará a cabo dentro de cuatro años. Una de sus grandes virtudes es el arte de saber gobernar. Hombre culto, bien preparado, con una visión de estado bien definida.
Se dice que es hechura de Manuel Camacho Solís... que también lo es de López Obrador, pero mas bien es un político que ha sabido aprovechar las oportunidades que la ha dado la vida, y hoy empieza a desarrollar una estructura política al interior de la República buscando adeptos que puedan ser sus operadores políticos para estructurar una campaña sólida.
Su pasado, con relación a su cercanía con Salinas de Gortari, es un asunto aparentemente superable, ya que no hay indicios de mayores tratos, y sí más bien de alejamiento.
Su gran problema radica en quién pudiera ser el candidato: ¿él o AMLO?
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