Estado de los Estados
Por Lilia Arellano
El abundante maquillaje que el Banco de México y la Secretaría de Hacienda, dependencia a cargo del fondomonetarista Agustín Carstens, colocan a las cifras sobre el estado económico de la Nación, entre las que destacan el crecimiento económico y la inflación, no pueden ocultar el estrepitoso fracaso del modelo económico que nos ha sido impuesto desde hace 25 años y que ha condenado a nuestro país a un crecimiento económico promedio de 2.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), a la pobreza a la mitad de la población y a la total miseria a una quinta parte de la misma.
Muy ufano, el Banco Central anunció el cumplimiento de su meta de inflación de mediano plazo -de un 3.0 por ciento +/- un punto porcentual- al asegurar que la inflación del 2007 fue tan sólo de 3.76 por ciento, a pesar de que los precios al consumidor subieron un 0.41 por ciento en diciembre pasado.
No obstante ser evidentes las mentiras que intentan imponer con esta información y que cualquier persona puede comprobar con tan sólo darse una vuelta por el mercado o centro comercial de su preferencia, aún así el índice inflacionario es inferior al crecimiento económico que dicen las cifras oficiales registró el país y que fue de tan sólo 2.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), menor en 1.15 por ciento del crecimiento que se registró el año pasado, lo que, por supuesto, deterioró aún más el nivel de vida de los mexicanos.
El seguimiento que realiza el Banco de México, para obtener la inflación o el crecimiento de los precios de la economía, ya no refleja la realidad del poder adquisitivo de las familias, debido a que la ponderación que realiza para calcular el crecimiento de los precios contiene sesgos que tienden a subestimar el crecimiento de los precios.
Visibles engaños
Un estudio realizado por el equipo de Mario Di Costanzo, secretario de Hacienda Pública del gabinete lopezobradorista, sobre la evolución de los precios de 42 productos que componen la canasta básica, revela que el crecimiento de los precios durante el 2007 fue de 34.9 por ciento, pero el de los alimentos que forman parte de esta canasta de consumo fue aún mayor, ya que se ubicó en 35.6 por ciento.
Durante una entrevista en el programa “Estado de los Estados”, que transmite de lunes a viernes la cadena RASA, SA de CV, en el 620 de AM o en Internet (www.620.com.mx), Di Costanzo destacó que mientras en enero del 2006 para adquirir los 42 productos de la canasta básica una persona que percibía un salario mínimo tenía que realizar un gasto de $740.44 pesos, para el mes de diciembre de 2006 el gasto necesario para adquirir esos mismos productos se ubicaba en
$818.44 pesos, y para la primera quincena de ese mes su costo ya ascendía a 1,103.63 pesos.
Durante julio del 2007, cuando se lanzó la propuesta de incrementar el precio de la gasolina, el costo de estos 42 productos básicos se ubicó en 1,045.15 pesos, y para la primera quincena de octubre, cuando se formalizó su aprobación en el Congreso, el costo de esta canasta ya ascendía a 1,102.28 pesos. Así, entre julio y octubre se observaron incrementos que reflejaron ya el impuesto a la gasolina: el frijol pasó de 16 a 20 pesos el kilogramo, la lenteja de $7.90 a $8.91 la bolsa de 500 gramos, el paquete con 12 huevos de $14.70 a $16.00, el pan de caja Bimbo de $18.90 a $20 y el kilogramo de pollo entero pasó de $ 23.95 a 26 pesos.
En resumen, mientras que entre enero y diciembre del 2006 el crecimiento de los precios de estos 42 productos fue de 10.53 por ciento, al pasar de $740.44 a $818.44, entre diciembre del 2006 y diciembre del 2007 el costo se incrementó hasta $1,103.63, es decir, un aumento de 34.85 por ciento.
Visto desde otra óptica, con base en el salario mínimo mensual, el costo de estos productos pasó de representar el 50.8 % de un salario mínimo de un trabajador en enero del 2007 al 73 % para la primer quincena de diciembre del año que concluyó.
Y en el caso de los productos alimenticios que forman parte de esa misma canasta básica, el asunto es todavía más grave: su costo pasó de 485.4 pesos en enero del 2006 a 540.46 pesos al concluir ese año e incrementó hasta 732.71 pesos en la primera quincena de diciembre del 2007, lo que representa un incremento de 50.94 por ciento con respecto a enero de 2006 y un crecimiento de 35.6 por ciento durante el 2007.
Jornadas laborales para comer
“Esto quiere decir que mientras en enero del 2006 un obrero requería de 15.24 días de trabajo -con una jornada laboral de 8 horas- con salario mínimo, para adquirir 42 productos de la canasta básica, para la primera quincena de diciembre del 2007 requería ya 22 días de trabajo para adquirir la misma canasta de productos. Más aún, si consideramos el aumento de 2.02 pesos al salario mínimo para 2008, y lo aplicamos al costo de la canasta básica se observa que, con todo y el incremento al salario mínimo, una persona que percibe dicho salario tiene que invertir 21.5 días de trabajo para adquirir una canasta básica, en tanto que en enero de 2006 tenía que invertir 15 días de trabajo para adquirir la misma canasta”.
Y en este primer mes de 2008 ya resentimos los incrementos en la mayoría de los granos básicos (maíz, arroz, fríjol), así como de la gasolina y la energía eléctrica, por lo que se espera que la canasta básica tendrá un incremento de cuando menos 15 por ciento, tan sólo en este primer mes del año.
En la Central de Abasto, el centro comercial más grande de México, los precios en los productos de la canasta básica han incrementado 40 por ciento en promedio, aseguran comerciantes y consumidores, por el incremento en el costo de la gasolina.
Sobre el impuesto a las gasolinas y el diesel, propuesto por el gobierno de Felipe Calderón y que fue aprobado por el pleno de las fracciones parlamentarias del PAN y del PRI, Di Costanzo lo calificó de “absurdo” porque este gravamen combinado con los ajustes inflacionarios que son aplicados mensualmente a los precios de esos energéticos provocarán que, tan sólo durante el 2008, su costo incremente muy por encima del 5.5 por ciento dentro de 18 meses anunciado por la Secretaría de Hacienda.
Impuestos inflacionarios
El impuesto “tiene vicios de inconstitucionalidad al aplicarse permanentemente por un periodo de 18 meses a partir de este enero del 2008 y hasta junio del 2009, debido a que parte del impuesto se irá aplicando de manera continua; es decir, en “cascada”. Si consideramos que la “inflación” es el impuesto más inequitativo que existe, entonces al aplicar el impuesto de 2 centavos mensuales a las gasolinas y el diesel y, de manera adicional, incrementará su costo mensual por el llamado “ajuste inflacionario”, que desde hace mucho tiempo se viene aplicando al costo de los energéticos; entonces tendríamos que en el costo final se está aplicando un impuesto sobre otro impuesto, lo que definitivamente contraviene la Constitución Política de nuestro país”.
Hasta el 31 de diciembre del año pasado, el precio de las gasolinas y del diesel se venía ajustando mensualmente, de acuerdo con la inflación observada durante el mes, es decir, las gasolinas incrementaban su precio mensualmente. Para el 2008, este incremento no fue eliminado y además hay que añadirle el nuevo impuesto de 2 centavos mensuales, con lo que en la práctica se dará una especie de “anatocismo fiscal” o “anatocismo energético”, es decir, un impuesto sobre otro impuesto, lo que ocasionará que los precios de las gasolinas incremente tan sólo en 2008 -siempre y cuando la inflación no se dispare- en 6.8 por ciento para la gasolina magna, en 6.2 % para la gasolina Premium y en 7.46 % para el diesel.
Así, la gasolina Magna, que con el nuevo impuesto para enero tiene un precio de 7.03 pesos por litro, en diciembre de 2008 costará 7.51 pesos por litro, lo que significa un incremento de 48 centavos y no de 24 centavos como lo han señalado los funcionarios de la SHCP, lo que en términos porcentuales equivale a 6.8 %, cifra superior al incremento en el salario mínimo e inclusive, mayor que la inflación esperada por el Banco de México para este año de 4 por ciento.
Urge viraje económico
Ante los resultados que se han registrado en materia económica en el último cuarto de siglo, especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM plantean cambiar de plano el modelo económico y dejar de lado la “teocracia”, que es la creencia religiosa de los dogmas basados en el Consenso de Washington”, que no han tenido éxito en ninguna parte.
Especialistas como José Luis Calva, Mildred Espíndola, César Armando Salazar y Moritz Alberto Cruz, calificaron el avance del PIB en el 2007, de 2.9 por ciento, de mediocre, y destacaron que mientras el crecimiento económico promedio en los últimos 25 años de países como China y Corea fue de 9.6 y 7.8 por ciento del PIB, respectivamente, en nuestro país fue de sólo 2.4 por ciento.
También la iniciativa privada coincide: “Seguimos entrampados en la historia reciente. Como en el pasado, la inflación permanece bajo control, pero el crecimiento económico no logra acelerarse. En consecuencia, nuestro avance económico es lento, no consigue consolidar una trayectoria ascendente y es vulnerable a eventos externos fuera de nuestro control (recesión o desaceleración de la economía estadounidense)”, como lo reconoció en un reciente reporte la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin).
Los economistas de la iniciativa privada indican que la economía ha crecido a tasas menores a las registradas por la inflación en los últimos años, y a pesar de este irrefutable hecho hay quienes, en el gobierno federal y en algunos sectores académicos, se pronuncian por dejar en el mercado la conducción económica del país y enterrar todo intento de planeación de nuestro desarrollo.
También advierten que “para acelerar y mantener el paso de la economía, conservando la estabilidad macroeconómica, es preciso definir rumbo, objetivos e instrumentos, a través de una auténtica estrategia de desarrollo e industrialización”.
Sin esa estrategia, “no lograremos fortalecer las bases internas de nuestro crecimiento, ni reducir la dependencia económica de Estados Unidos, reestablecer las cadenas productivas y, mucho menos, pretender el cierre de las brechas existentes en los niveles de desarrollo prevalecientes entre sectores, empresas y regiones”.
Así, el cambio de política económica es fundamental para el desarrollo del país y el mantenimiento de la estabilidad y la tranquilidad social. De otro modo, los riesgos son de pronóstico reservado.
Miedo en el primer círculo
Los últimos acontecimientos violentos registrados en el Estado de Tamaulipas encendieron todos los focos rojos en el primer círculo de gobierno del país, donde la preocupación y, porque no decirlo, el miedo es más que evidente, ante el fortalecimiento de los cárteles de la droga, del incremento de su capacidad de combate ante un incontenible tráfico de armas desde los Estados Unidos hacia nuestro país, y de su cada vez más alto poderío económico como resultado de sus jugosos actividades ilícitas.
Este miércoles, Felipe Calderón convocó a los gobernadores para analizar la situación actual de la seguridad nacional. También sostuvo reuniones con los responsables de su gabinete en la materia y con los procuradores y directores de seguridad pública de las entidades de la República. Adicionalmente, sostuvo un encuentro corto con los gobernadores surgidos de las filas de su partido. En el marco de dichas reuniones, el michoacano mandó un mensaje para intentar convencer a la población de que “sí es posible” derrotar a la delincuencia y recuperar los espacios públicos. Para tal efecto, aclaró que esto sólo se logrará con la participación de los tres niveles de gobierno, a efecto de no permitir el encubrimiento y la corrupción alrededor de los criminales.
De los pasillos
Organizaciones campesinas refrendaron su compromiso de ir juntos en la lucha contra el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y anunciaron que este jueves iniciarán sus protestas. La Central Campesina de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) adelantó que realizarán acciones, como toma de dependencias gubernamentales. En la acera de enfrente, funcionarios del gobierno calderonista y senadores de su partido (Acción Nacional) cerraron filas y descartaron cualquier modificación al TLCAN.
Por su parte, los coordinadores parlamentarios del PRD buscarán una alianza legislativa con el PRI para obligar al PAN y a Calderón a renegociar el apartado agrícola que permite el acceso al país de maíz, fríjol y leche libre de arancel desde el 1 de enero de este año.
“El popis”, Porfirio Muñoz Ledo, fue designado nuevo coordinador del Frente Amplio Progresista, que conforman PRD, PT y Convergencia; los líderes de esos tres partidos también acordaron construir una agenda de “coincidencia política” a fin de avanzar en la defensa del patrimonio nacional....
De buena fuente, pues se lo dijo Santiago Creel, la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, dijo que era muy probable que a fines de febrero próximo, el gobierno de Calderón presente las iniciativas de reforma que ha pedido con insistencia la Cámara Americana de Comercio, que agrupa a las principales empresas estadounidenses, en materias energética y laboral.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario