¿Afecta caída de remesas la paz social?

Alvaro Cepeda Neri

En el contexto del ejercicio presidencial, de Alemán a López Mateos se mantuvo en el centro, con Díaz Ordaz moverse al centro-derecha y con Echeverría y López Portillo irse al centro-izquierda de tinte populista para, finalmente, del delamadridismo al zedillismo enfilarse a la derecha, llegó a llamarse la práctica del péndulo. Estos últimos tres sexenios, de plano, abrieron las puertas de Los Pinos a los panistas, dado que si el giro era a la derecha, entonces quienes deberían conducir el gobierno serían los panistas. Estos llegaron con relativa facilidad, toda vez que los calderonistas entraron con calzador. Y se las están viendo negras.
Otros llegan a decir que Fox, con sus condescendencias al priísmo, en realidad fue el último presidente del PRI y que Calderón está intentando serlo del PAN, no obstante los constantes salvamentos del PRI. El caso es que desde prácticamente 1982, el presidencialismo abandonó el centro, para iniciar su derechización, ya que De la Madrid era un derechizante que le imprimió ese rumbo a sus sucesores. Ya con el foxismo, y a pesar del estallido-pacífico del EZLN, la paz social, la gobernabilidad y la estabilidad se mantenían por tres factores que se habían venido desarrollando y consolidando. Uno: entre el 80 y 90 por ciento de las exportaciones iban al mercado estadounidense. Dos: los precios del barril de petróleo fue en aumento y Salinas, Zedillo y Fox utilizaron ese dinero para gasto corriente y botín de la corrupción. Y tres: las remesas enviadas por los mexicanos, fueron cuantiosas hasta el 2006 y desde 1982.
Esos tres factores coadyuvaron a la paz social, adicionados con un cuarto factor: la derrama económica del narcotráfico: lavado de dinero, donaciones, empleo urbano y rural. Y un quinto factor: la explosión de la economía subterránea: piratería, multiplicación de vendedores en la vía pública y la promoción de “changarros” como política económica del foxismo. Pero, con el calderonismo las cosas empiezan a cambiar. Van en caída las remesas, por la desaceleración económica estadounidense. Nuestras exportaciones no superarán el 50 por ciento, lo que significa la baja de un 40 por ciento. Esto significa más desempleo, menos producción y hasta cierre de empresas. Solamente nos queda el petróleo, pero las reservas se reducen.
En ese contexto, el Relator Especial de la ONU, sobre migrantes, Jorge Bustamante, sentenció: “La reducción en el envío de remesas de los mexicanos que se encuentran en Estados Unidos, puede tener un importante impacto en materia de paz social en México (pues) contribuyeron a la paz social bajo la cual, con todo, se realizaron las últimas elecciones presidenciales” (Reforma: 10/III/08). Caen las exportaciones, las remesas y la producción petrolera. Se anuncia mayor malestar social y peligran: gobernabilidad económica y estabilidad política.
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