El corredor de la muerte
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Morelia, Mich., 24 de marzo (apro).- Detenidos en Estados Unidos por la comisión de diferentes delitos, nueve mexicanos originarios del estado de Michoacán se encuentran actualmente en los llamados “corredores de la muerte” en cárceles de los estados de California y Texas, en espera de cumplir su condena, la pena capital. Sehila Aguilar, analista del departamento de Recursos Humanos de la Secretaría del Migrante, dependencia recién creada por el gobernador del estado, Leonel Godoy, reconoce que lo más que puede hacer esa instancia gubernamental es fungir como enlace entre las familias de los sentenciados y los abogados.Pero no en todos los casos. El gobierno del estado sólo ha prestado apoyo legal a familiares de cinco de los nueve michoacanos condenados a muerte, a través de la Dirección de Atención a Migrantes.En los otros tres casos, el gobierno de Michoacán sólo conoce la situación que guardan los procesos judiciales, debido a que las autoridades estadunidenses "no se les ha asignado un defensor". Hasta ahora, la Secretaría del Migrante no ha solicitado a la Procuraduría General de Justicia del estado (PGJE) información que permita determinar si los michoacanos condenados a la pena capital cuentan aquí con antecedentes penales. Esta es la lista y los cargos que enfrentan los michoacanos condenados a la pena de muerte en ese país: Húber Joel Mendoza Novoa, originario de Coalcomán. Está acusado de homicidio en primer grado. Se encuentra en la prisión de San Quintín, en San Francisco, California. Fue condenado el 25 de abril. Gabriel Solache Romero, de Turundeo, municipio de Tuxpan. Purga condena en la prisión de Pontiac, Illinois, por homicidio e intento de allanamiento con el uso de la fuerza, así como secuestro.Daniel Ángel Plata Estrada, nativo de Angangueo. Esta preso en la cárcel de Polunsky Unit Livincston, Texas, por los delitos de homicidio y robo a un empleado de una tienda de autoservicio. En este caso, en particular, la madre del detenido, Florinda Estrada, habló con las autoridades, las cuales perdonaron la vida a su hijo y lo condenaron a cadena perpetua. “Siento que mi hijo volvió a nacer", dijo Estrada, después de conocer que el Tribunal Penal de Apelaciones de Texas conmutó la pena de muerte. Plata Estrada fue sentenciado por el homicidio de Murlidhar Mahbubani, cajero de la tienda “Stop-N-Go”, ubicada en el noroeste del condado de Harris, en 1995.En una entrevista que concedió en su casa ubicada en el noroeste de Houston, el 16 de enero, la señora Estrada dijo: "Me dio mucho gusto saber que Dios le ha dado otra oportunidad a mi hijo. Siempre dormía con la angustia de que lo iban a matar. Esta noche podré dormir tranquila sabiendo que mi hijo no morirá", Virgilio Maldonado Rodríguez, oriundo de Carácuaro. Esta preso en la cárcel de Polunsky Unit Livincston, Texas, por homicidio y robo con violencia. Samuel Zamudio Jiménez, de padres michoacanos, pero originario de Ciudad Juárez Chihuahua, purga sentencia en San Quintín, en San Francisco, California, por homicidio doble.José Luis Avilés de la Cruz, alias “Omar Fuentes Martínez”, originario de La Estancia, municipio de San Lucas. Está preso en San Quintín, por posesión de arma prohibida. José Lupercio Cázarez, originario de Chinicuila, también purga sentencia en San Quintín, por homicidio. Jorge Contreras López, originario de Tepalcatepec, está recludio en San Quintín, por los delitos de homicidio y robo. Y Arturo Juárez Suárez, de Zacapu, está en San Quintín, por homicidio y violación. En este caso, los familiares de Suárez han promovido varios recursos para revocar la pena capital, pero hasta ahora no han obtenido ninguna respuesta. Suárez fue acusado de asesinar a su cuñada y a sus dos sobrinos.El 12 de julio de 1998, dos adultos y dos niños fueron encontrados muertos en un rancho de Auburn, California. El FBI informó a la familia de las víctimas, que entonces radicaba en Santa Gertrudis, que los cuerpos fueron encontrados después de una intensa búsqueda con perros, debido a que habían sido enterrados a más de tres metros de profundidad. Días después, detuvieron como presunto responsable a Arturo Juárez Suárez.Tras el crimen, familiares de Suárez dijeron: “Que Dios nos perdone, pero nosotros no perdonamos a Arturo. Todos lo defienden, ¿y a las familias de las víctimas, qué?”.Félix Rocha Díaz, de Huetamo, también espera la muerte. Esta acusado de asesinato y tráfico de drogas y purga sentencia en la cárcel de Polunsky Unit Livincston, Texas. Para Sehila Aguilar, difícilmente "podrán revertirse" las sentencias a la pena capital que enfrentan los michoacanos condenados en Estados Unidos. Procesos ilegales
De acuerdo con un informe de la organización Human Rights Watch, “en Estados Unidos están condenados a muerte más de 70 ciudadanos extranjeros de 22 países. Prácticamente, en todos los casos, las autoridades que realizaron las aprehensiones no informaron a los detenidos de su derecho a ponerse en contacto con los representantes de su consulado”. Señala que, “debido a ésta práctica indebida, los extranjeros, enfrentados a un sistema judicial con el que no están familiarizados, han sido juzgados y condenados a muerte sin poder beneficiarse del apoyo crucial de las autoridades de sus países nativos”. Informa que, desde 1993, en ese país han sido ejecutados al menos a siete extranjeros, entre ellos ciudadanos de la República Dominicana, México y Cuba.Según ese informe, en Arizona fueron ejecutados dos ciudadanos alemanes, Karl LaGrand y Walter LaGrand, el 24 de febrero y el 3 de marzo de 1999, a pesar de los llamados de Amnistía Internacional (AI), del entonces canciller alemán, Gerhard Schoreder, y del Tribunal Internacional de Justicia para que se procediera sin dilación a revisar sus casos.Explica que, en el caso de ciudadanos canadienses sentenciados a la pena capital, AI pidió a las autoridades de Texas y a la entonces secretaria del Departamento Estado, Madeleine Albright, que se otorgara una audiencia y se analizara la posibilidad de indultar al canadiense Joseph Stanley Faulder, cuya ejecución estaba prevista para el 10 de diciembre de 1998. La ejecución de Faulder, a quien no se había informado de su derecho a consultar al consulado canadiense, fue aplazada cuando las autoridades acordaron volver a estudiar aspectos de su caso.Sin embargo, Faulder fue ejecutado el 17 de junio de 1999, a pesar de los llamados de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU y el entonces Papa Juan Pablo II para que se le perdonara la vida.“Las autoridades canadienses podrían haber ayudado a la defensa de Faulder si hubieran tenido conocimiento de que uno de sus ciudadanos se enfrentaba a cargos tan graves, en el que el jurado se basó en el dudoso testimonio de una psiquiatra que, desde el juicio, ha sido desacreditado”.
En Texas, 376 ejecutados
En la página de internet del Departamento de Justicia Criminal de Texas, figuran los datos de 376 presos que fueron ejecutados en las prisiones desde el 7 de diciembre de 1982, cuando fue ejecutado el estadunidense de color Charlie Brooks.En esa página están los nombres de decenas de hispanos ejecutados, seis de los cuales eran mexicanos. Las siguientes fueron las últimas palabras de los mexicanos ejecutados, según el informe del Departamento de Justicia de Texas.
1.- Ignacio Cuevas, de 59 años de edad, quien fue condenado por homicidio, fue ejecutado el 23 de mayo de 1991. Pasó siete años en el “corredor de la muerte”. Según la sentencia, Cuevas, fue sentenciado a dos penas capitales. Antes de morir, Cuevas escribió: “Me marcho a un lugar bonito. Ok, guardián, adelante”.
2.- Ramón Montoya fue ejecutado el 25 de marzo de 1993 cuando tenía 38 años. Fue condenado a la pena de muerte tras ser acusado de matar a balazos al oficial de policía John Pasco, quien había acudido a un vecindario de Dallas alertado por los vecinos que denunciaron la presencia de un hombre armado. Montoya, quien tenía 29 años cuando ocurrieron los hechos, dijo en su defensa que se le disparó el arma cuando fue alcanzado e iba a entregarse. Durante el juicio, agentes de Inmigración dijeron que Montoya había sido deportado a México por posesión ilegal de armas, pero regresó ilegalmente a Estados Unidos.Cuevas no dejó ningún testimonio antes de ser ejecutado.
3.- Irineo Montoya fue ejecutado el 18 de junio de 1997, a la edad de 29 años. Originario de Tampico, Tamaulipas, fue condenado en noviembre de 1985 por robo y por el asesinato de John Edgar Kilhefer, ultimado de 21 puñaladas. Fue capturado debido a la intervención de la policía mexicana, que descubrió el automóvil Chevrolet Blazer de la víctima en Matamoros. Su compinche, Juan Villavicencio, también mexicano, permanece en prisión.Poco antes de morir, Montoya dejó este testimonio escrito: “Adiós; te espero en el Cielo. Amo a mis padres. Estoy en paz con Dios. Lucha por el bien”.
4.- Javier Medina Suárez fue ejecutado el 14 de agosto de 2002, a los 33 años. Oriundo de Piedras Negras, Coahuila, en 1988 fue declarado culpable de robar y matar al oficial de narcóticos Lawrence Cadena. El agente se reunió con Medina y su compinche, Fernando Fernández, en un estacionamiento para concretar un negocio de drogas. Cuando el agente recibió un paquete de cocaína después de entregar una suma de dinero, Medina le disparó siete veces y Fernández trató de robarle la droga. Ambos fueron heridos de arma por un policía oculto. Fernández fue condenado a 60 años de cárcel.Las últimas palabras de Medina antes de morir, escritas en inglés, fueron: “Antes que nada me gustaría pedir perdón a los miembros de la familia Cadena por el daño y el sufrimiento que les he causado. Nunca tuve antes la oportunidad de expresarme de esta manera. Espero que encuentre en sus corazones la manera de perdonarme. La paz que encontrarán será temporal; la verdadera paz les llegará a través de Cristo. Ruego ante esta ejecución para que encuentren la paz que buscan. Entréguense a Cristo y, a través de él, encontrarán la paz. He pensado mucho en su amado. Él estará esperándome en el Cielo. Tendré valor para hablarle y pedirle personalmente que me perdone.“A mi familia, gracias. Los quiero por apoyarme desde allí. Esto es nada más un trampolín a casa. Lo más duro de todos estos años fueron los del `corredor de la muerte`. A todos los que me apoyaron, siempre los llevaré en mi corazón, como siempre me llevaron en los suyos. Dios los bendiga. Mantengan sus cabezas en alto. Los veré pronto. Perdonen el daño que les causé”.Además, en español, escribió: “A todo el pueblo de México me gustaría darle las gracias por la ayuda. También quiero llevar a cada mexicano en mi corazón. Viva México; icen la bandera mexicana con honor. Gracias por todo. Los amo”.Y de nuevo, en inglés: “A todos los que están en el `corredor de la muerte`, mantengan sus cabezas en alto. Los veré pronto. Estoy realmente arrepentido. Perdonen el daño que hice. Dios los bendiga. Los amo a todos. Estoy listo para irme a casa”.
5.- Ángel Maturino Reséndiz fue ejecutado el 27 de junio de 2006, a los 45 años. Sus últimas palabras fueron: “Quiero preguntar si hay algo de perdón en sus corazones. No tienen obligación. Yo sé que he permitido al diablo que mande en mi corazón. Sólo pido que me perdonen y que le pidan al Señor que me perdone por permitir al diablo que me engañara. Agradezco a Dios que haya sido tan paciente conmigo.
No me merezco causarle ninguna molestia.
No se merecen esto. Yo me merezco lo que voy a recibir”. En capilla, otros 104 mexicanosEl 9 de abril de 2007, la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados, informó que había 55 mexicanos sentenciados a muerte en Estados Unidos. Ahora, a éstos se suman otros 104 mexicanos que podrían ser condenados a la pena capital.El diputado priista Edmundo Ramírez Martínez dijo entonces: “Es urgente que el gobierno del presidente Felipe Calderón reactive la red consular mexicana, se revise caso por caso y se recurra a tribunales internacionales para evitar que los connacionales que viven en Estados Unidos sigan siendo ejecutados al aplicarles una justicia parcial, racista y antimexicana".Al respecto, una resolución de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, señala que "deben revisarse los casos debido a que se cometieron diversas anomalías en los procesos de declaración y detención de los inculpados".
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