Exige que se concluya el conteo de los sufragios en un plazo máximo de 48 horas
Esa corriente apuesta a que Felipe Calderón ponga al líder nacional del sol azteca: Encinas
Enrique Méndez y Alma Muñoz
La crisis en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se recrudeció, luego de que la corriente Nueva Izquierda no respetó el acuerdo de que el Consejo Nacional no reanudara sus trabajos hasta conocer el cómputo para la elección de dirigente nacional, y aprobó un resolutivo para exigir a la Comisión Técnica Electoral (CTE) terminar el conteo en un plazo máximo de 48 horas.
Además, a sugerencia del secretario general del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, quien forma parte de esa corriente, los consejeros avalaron un pronunciamiento para no permitir que se imponga la línea de Andrés Manuel López Obrador en las decisiones partidarias. “No nos avergüenza estar en contra de la línea. El PRD es más grande que cualquier presidente legítimo, por muy importante que sea”, sostuvo Acosta.
Más aún, anoche Nueva Izquierda presentó ante la Comisión Nacional de Garantías un recurso de juicio de protección de derechos políticos electorales para que su vez lo turne al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Con ese recurso impugnará la resolución emitida la noche del sábado por esa instancia partidaria para que, en el cómputo, se separen “casillas controvertidas y no controvertidas”.
El representante de Jesús Ortega, candidato de Nueva Izquierda a la presidencial del sol azteca, Rafael Hernández, aseguró que Garantías autorizó dos cómputos “para favorecer a Alejandro Encinas, porque las casillas ‘controvertidas’ son las que él ha dicho no deben computarse, y entonces se impulsa un conteo a contentillo”.
Asimismo, y en respuesta a la celebración del consejo, Alejandro Encinas dijo que en Nueva Izquierda “están pensando que Felipe Calderón será quien ponga al presidente (nacional) del PRD… Le están apostando a que le levante la mano a Jesús (Ortega)” lo cual, aseveró, sería “sumamente delicado y no lo aceptaremos”.
Según el ex jefe de gobierno capitalino, la expresión de su oponente dejó en claro que esperan que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJ) revierta su triunfo, aunque no descartó la posibilidad de que busquen anular la elección del 16 de marzo pasado con ese mismo objetivo.
También acusó, en entrevista con este diario, que el presidente de la mesa directiva del sexto consejo nacional, Camilo Valenzuela, “se prestó y ha negociado con ellos”, pues la propuesta de formar un nuevo partido en realidad “es de Ortega, y la estuvo anunciando Guadalupe Acosta Naranjo en declaraciones anteriores”.
Así que, manifestó, es evidente que “nos han querido meter un albazo que no tiene posibilidad de prosperar. Lo mejor sería que se acaten las resoluciones de los órganos internos del PRD y Ortega acepte que yo gané la elección”.
Encinas aseguró que fue un lamentable error que “no se cumpliera el acuerdo que habíamos asumido (el jueves, ante los mandatarios Marcelo Ebrard y Leonel Godoy; el presidente del partido, Leonel Cota Montaño; el secretario general, Guadalupe Acosta Naranjo; y el comisionado electoral, Arturo Núñez) para que la reinstalación del consejo fuera consensuada”.
Pero ante la decisión de Nueva Izquierda, se mostró seguro de que la reunión de los consejeros, este domingo, no tiene validez. En primer lugar porque los temas allí abordados no estaban contemplados en la orden del día; segundo, porque la instancia “no tiene facultades electorales, menos aún siendo candidatos la mayor parte de los que asistieron”; y tercero, porque duda que se haya completado el quórum para instalar el consejo.
Encinas se negó a reconocer que el partido esté dividido. “Veo un conflicto de intereses de un sector de la burocracia que ha perdido no sólo las elecciones sino el control del partido, y eso los está llevando a cometer este tipo de equívocos y errores”.
Más tarde, el comisionado electoral Edmundo Cancino aseguró que entregarán resultados en el plazo que les fue marcado por la Comisión Nacional de Garantías (CNG), aunque admitió que esto tendría mayor celeridad “si no hubiera impedimentos” de las delegaciones de ambos candidatos en las sesiones de cómputo.
Sin embargo, manifestó: “tenemos bien definidos los esfuerzos para acabar el cómputo y dar por terminada esta crisis mediática pos electoral, y pasemos a la restructuración del partido”, precisó.
Manifestó que en la Comisión Técnica Electoral les falta conocer de fondo los resolutivos tomados este domingo por el Consejo Nacional para emitir una respuesta.
Y es que este domingo, y fuera del acuerdo para que el consejo se instalara el viernes –como ocurrió, a pesar de las dudas sobre el quórum– y se declarara en sesión permanente hasta que concluyera el proceso interno perredista, los chuchos reanudaron los trabajos para imponer su propia agenda.
En ese contexto, la corriente que lidera Jesús Ortega acordó exigir a la CTE que, en un plazo no mayor de 48 horas, concluya el cómputo de todas y cada una de las elecciones del 16 de marzo pasado, “sin consideraciones de índole política o subordinados a acuerdos entre las partes”.
También, para exhortar a los involucrados en el proceso a sujetarse a los estatutos, e “instruir” a garantías “para que su actuación se sujete y limite a las facultades de su competencia, hasta que concluya el cómputo, y que asuma una actitud imparcial”.
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