"La chukis", Elba Esther Gordillo
México, D.F., 7 de mayo (apro).- La profesora Elba Esther Gordillo no pierde tiempo y ya se prepara para tomar ventaja en las elecciones del 2009. Para ello está dispuesta a hacer alianzas con todo el mundo, incluso con el PRI, no obstante que fue expulsada de las filas de este partido el 14 de julio del 2006.Pragmática como siempre, la dirigente del magisterio nacional siempre ha actuado sin pudor alguno en la política. Recuerde a cualquier práctica y maniobra con tal de mantenerse en el poder y ampliar su rango de influencia en el gobierno en turno.Así lo hizo en el 2000. En las elecciones presidenciales de ese año, mientras que en apariencia daba todo su apoyo al candidato del PRI, Francisco Labastida, a la par y desde la clandestinidad operaba a favor de Vicente Fox promoviendo el “voto del cambio”, a través de la estructura del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Ecuación (SNTE).Lo mismo hizo en las elecciones del 2006. Para este proceso hizo campaña en contra del candidato priista Roberto Madrazo y, al mismo tiempo, trabajaba a favor del panista Felipe Calderón. Ésta es la estrategia política que ha seguido Elba Esther Gordillo en los últimos años, sin tomar en cuenta que se trata de una traición ante quienes se ha comprometido apoyar públicamente.Al parecer esto la tiene sin cuidado, puede hacer cualquier cosa con tal de seguir entronizada en el SNTE, disfrutando la impunidad en la cúspide política en la que se encuentra desde hace casi dos décadas.Sin embargo, en los últimos meses el poder de la maestra ha sido seriamente cuestionado por su riqueza inexplicable, su falta de probidad en el manejo de los recursos del SNTE, los pocos resultados del Partido Nueva Alianza y los pleitos con la secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota. Todos estos factores han creado una de las peores crisis para la líder vitalicia del magisterio.Frente a esta situación amenazante ha tomado decisiones radicales como la de establecer una alianza estratégica con la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, rumbo a las elecciones del 2009, en las cuales se renovará la Cámara de Diputados.Esta decisión ha provocado serios reclamos a la dirigente del PRI de parte de aquellos que trabajaron para sacar a Elba Esther Gordillo por haber hecho campaña a favor de Calderón, lo cual fue calificado como una traición al partido.Las dos mujeres decidieron dar ese paso juntas para ganar posiciones en la Cámara de Diputados y restarle poder a uno de sus principales enemigos políticos: el senador Manlio Fabio Beltrones.Para ellas está de por medio lograr una mejor posición en sus respectivos partidos de cara a la elección presidencial del 2012. Por eso son capaces de olvidar las diferencias que tuvieron en el 2001 cuando se enfrentaron en la lucha por la presidencia nacional del PRI.No obstante esta alianza que ya habían establecido en secreto está en riesgo de naufragar. De una parte, está un grupo de gobernadores y legisladores, quienes ya le reclamaron a Beatriz Paredes su decisión de abrirle nuevamente las puertas a la maestra. De otra parte, estaría el gobierno y el PAN que ven con recelo el apoyo que ya les había ofrecido.Pero también están algunos líderes regionales del SNTE que se han inconformado por el cambio de jugada política que hizo su dirigente sin que los tomara en cuenta. Los problemas que representan jugar con las lealtades no significan mucho para Elba Esther Gordillo, tan es así, que para ampliar la maquinaria electoral del SNTE ya tiene planeada otra alianza con los sindicatos de mineros y electricistas con quienes formaría un nuevo frente sindical.Evidentemente dicha alianza tiene fines electorales y no como ella argumenta, que es para defenderse ante la previsible reforma laboral que pronto se presentará en el Congreso de la Unión.Todas estas acciones evidencian la desesperación que tiene la maestra para seguir manteniendo el poder que tomó desde 1989, cuando desbancó del trono magisterial a Carlos Jonguitud Barrios. La crisis por la que atraviesa el imperio de la maestra Gordillo hace también evidente que la vigencia de este tipo de poderes caciquiles ya no embona de una manera tan natural en el sistema político como antes. Ahora les cuesta más trabajo entrar en el juego político y cuando lo hacen ya no tienen las mismas prerrogativas de antaño.
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