jueves, mayo 08, 2008

Versiones encontradas, sobre la salida del Alto Comisionado de la ONU en México
Amerigo Incalcaterra
josé gil olmos

* WRH da como un hecho las presiones del gobierno de México contra el funcionario y afirma que Soberanes es uno de los impulsores de su salida


México, D.F., 7 de mayo (apro).- El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Amérigo Incalcaterra, dejará el cargo en breve por presiones del gobierno mexicano, confirmaron fuentes extraoficiales a la agencia Apro.Incalcaterra llegó a México en 2005, y en sus últimas declaraciones dijo que no era apropiado el uso del Ejército para labores de persecución a delincuentes y al narcotráfico, porque los soldados no están preparados para cuidar de los derechos humanos, sino para combatir.Sin embargo, en una entrevista, el funcionario de la ONU señaló que su salida es parte de un proceso de rotación que el organismo internacional hace con sus representantes en diferentes países."En el trabajo que el mundo realiza es evidente y es normal que en ocasiones se producen malentendidos y se superan como se han superado en este país. Los cambios se dan dentro de la burocracia de Naciones Unidas; los funcionarios rotamos como es normal", esgrimió Incalcaterra, al terminar la presentación del diagnóstico de los derechos humanos del Distrito Federal.A pesar de ello, organizaciones internacionales como Human Rights Watch dieron como un hecho las presiones del gobierno mexicano en contra de Incalcaterra y señalaron al presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes, como uno de los impulsores de la salida.Desde Washington, Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, envió una carta al presidente Felipe Calderón para que fije una posición al respecto. Le dice que "cualquier intervención del gobierno mexicano en las labores propias de la Oficina en México de la Alta Comisionada representaría un alarmante retroceso de la política exterior que ha venido desarrollando México desde 2000”.En la carta Roth cuestiona que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) no haya fijado una postura y se haya limitado a expresar su compromiso con los derechos humanos.En la misiva, Roth señala que, desde 2000, México ha promovido la observación internacional en materia de derechos humanos, pero que el compromiso se vería seriamente menoscabado si, “frente a comentarios públicos debidamente fundados del representante en México del máximo órgano de Naciones Unidas en Derechos Humanos, el gobierno asume una actitud de intolerancia".Además, cuestiona las posibles presiones por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, luego que Incalcaterra expresara su malestar por la presencia de militares en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.Por otra parte, la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los derechos para todas y todos” manifestó que la salida de Incalcaterra confirma la “falta de compromiso” del gobierno de Calderón para con el respeto a los derechos humanos. En un comunicado, dicha red señaló que las presiones oficiales muestran también que el gobierno calderonista no quiere tener a un alto representante para los derechos humanos de la ONU capaz de criticar la política gubernamental en esta materia.“No es sino una demostración más de que sólo ha utilizado el discurso de los derechos humanos de una forma retórica para evitar la critica internacional”, señaló la red de organismos mexicanos.

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