El tema energético predominó en el primer informe del “presidente legítimo”
Visitó en un año más de mil municipios; se propone completar el recorrido en 2008
Ir a ver la cinta de Mandoki es un acto de resistencia, invitación recurrente en el Zócalo
Arturo Cano
¡Es el petróleo, estúpidos! En su primer informe como “presidente legítimo”, Andrés Manuel López Obrador llega acompañado de Alejandro Encinas y machaca, desmenuza, insiste, advierte: el tema central del movimiento que encabeza será la defensa de la soberanía petrolera.
No me gusta, dice López Obrador, pero si se entrega el petróleo –a manos privadas, nacionales o extranjeras– ya no tendríamos posibilidad de mejorar las condiciones de vida de la población, no tendríamos país.
La mitad del discurso del tabasqueño está dedicado al tema: insiste, de entrada, en que los últimos gobiernos priístas y panistas han arruinado “deliberadamente” a Petróleos Mexicanos para crear un pretexto y vender la empresa.
Luego anuncia la presentación, este lunes, de “un proyecto alternativo para evitar la entrega del petróleo al extranjero y, al mismo tiempo, rescatar y desarrollar esta industria nacional, para convertir a México en una potencia energética”.
Con este plan, dice, se evitaría que los mexicanos perdiéramos “tal vez para siempre nuestra soberanía como país libre e independiente. Para decirlo históricamente: la derecha y sus aliados del PRI nos quieren regresar al porfiriato”.
Al frente y a la derecha de López Obrador, medio Zócalo es ocupado por el “museo nomádico”, proyecto de la Secretaría de Cultura capitalina que arrancará con la exposición Cenizas y nieve, del fotógrafo canadiense Gregory Colbert, y que dificulta medir la asistencia a la tercera asamblea de la Convención Nacional Democrática.
Es difícil, así, saber cuántos escuchan el pormenorizado recuento que hace López Obrador de la situación petrolera, aunque debe decirse que las calles cercanas al Centro Histórico están llenas de camiones y microbuses de convencionistas.
Muchos otros llegan por su propio pie para escuchar adelantos del proyecto “alternativo” lopezobradorista. Por ejemplo, la propuesta de que “en una primera etapa” se requerirán invertir “con carácter urgente” 400 mil millones de pesos para “la exploración de nuevos campos, el desarrollo de los yacimientos de gas natural, perforación de nuevos pozos, construcción de tres nuevas refinerías, modernización y ampliación de plantas petroquímicas, y el mantenimiento de las instalaciones petroleras”.
Los recursos saldrían, dice López Obrador, de la reducción del gasto co-rriente y de operación del gobierno, rubro que aportaría 200 mil millones, equivalentes a 8 por ciento del presupuesto. El dinero podría obtenerse, entre otras cosas, de la reducción de sueldos y prestaciones de la alta burocracia.
Hablando de reducciones presupuestales, López Obrador se acarrea ovaciones consecutivas cuando habla de que una de las fuentes serían los 5 millones de pesos que cuesta cada mes al erario cada uno de los ex presidentes, incluido el “traidor a la democracia”, Vicente Fox.
Aplausos también merece la integración de una comisión que el tabasqueño sugiere y vota, la Coordinadora para la Defensa del Petróleo, integrada por Ifigenia Martínez, Claudia Sheinbaum, Jesusa Rodríguez, Bertha Maldonado y las senadoras Rosalinda López y Layda Sansores.
Es el petróleo, convencionistas. López Obrador recuerda la cita ya aprobada del 18 de marzo de 2008, pero dice que en caso de que se proceda a la “entrega del petróleo”, llamaría a una movilización antes de esa fecha, que coincide con el 70 aniversario de la expropiación petrolera.
En cualquier caso, anuncia que una modificación constitucional en materia energética tendría como respuesta nuevas acciones de “resistencia civil pacífica” bajo tres criterios: no violencia, no afectar a terceros y poner en práctica medidas que cumplan con el propósito de mantener el crudo bajo dominio de la nación.
Política y zoología
En el templete, en primera y segunda filas, están los miembros del “gabinete legítimo”, dirigentes de los partidos que integran el Frente Amplio Progresista y líderes del Partido de la Revolución Democrática. Está ahí, por ejemplo, el coordinador de los senadores perredistas, Carlos Navarrete, pero son notorias las ausencias de otras figuras de la corriente perredista Nueva Izquierda, en especial de Jesús Ortega, candidato fuerte, con Alejandro Encinas, a la presidencia del partido del sol azteca. La campaña interna ha de coincidir, si se adelantan las ganas calderonistas de una reforma energética, con las movilizaciones de la Convención Nacional Democrática.
Pero aunque no están en el templete, los chuchos sí aparecen en la plancha del Zócalo. Están algunas de sus huestes, claro. Pero también aparecen en carteles y mantas desperdigadas aquí y allá. “Nueva Izquierda, traidora, farsante y cínica”.
A la lista de “traidores”, en otra pancarta, se han sumado los nombres de la diputada Ruth Zavaleta y de Leonel Godoy, ganador de la contienda por la gubernatura de Michoacán. López Obrador no los menciona, como no menciona tampoco muchos temas de la agenda del año y meses que han transcurrido desde la elección de 2006.
Pero los convencionistas los tienen presentes. En primera fila, una señora sostiene un cartel que parafrasea a la diputada Zavaleta. Ha de recordarse que la presidenta de la Cámara es autora de una de las críticas más duras que ha recibido Felipe Calderón desde su llegada a Los Pinos: “Se los he dicho a los compañeros que me cuestionan: que hay un pato, que hace como pato, camina como pato, hace cua cua, y no por ser perredista voy a ver si hace croac, croac, ¿verdad?”
Algunos malintencionados entendieron la demoledora crítica como un deslinde del lopezobradorismo, como la señora del cartel que reza: “Si ladra como perro, muerde como perro y sube los precios del gas, el pan, la leche y las tortillas, entonces es un perro”.
Los temas, los acuerdos, las campanas
Un ama de casa, un profesor de la Montaña de Guerrero y un sindicalista –ahora diputado– están entre quienes leen las propuestas de resolutivo de la convención que, además del petróleo, abordan temas cruciales de la agenda lopezobradorista: energía eléctrica, alza de precios, defensa de los derechos humanos y responsabilidades no imputadas en las tragedias de Chiapas y Tabasco.
Cuando doña Rosario Ibarra hace un recuento de los abusos del Ejército en varias partes del país, las campanas de la Catedral empiezan a repicar, magnificado su sonido con altavoces. Ella debe callar un momento, por el sonido de las campanas mismas y porque los convencionistas comienzan a lanzar gritos de protesta dirigidos al cardenal Norberto Rivera. Las campanas han de sonar extrañamente durante largos nueve minutos.
“Bueno, esperemos que las campanas sean para saludar a esta convención y no para que nos quieran callar”, dice la senadora. Luego se sabrá que un grupo de convencionistas entró a la misa para protestar por la campaneada.
En tanto, la agenda de la asamblea sigue, con su manta enorme que dice “Contra el alza de precios; en defensa del petróleo”, su bandera nacional hecha de flores y sus “cañones” que expelen papeletas verdes, blancas y rojas.
Cierra López Obrador cuando afirma que no ve ninguna contradicción en mandar al diablo a las instituciones e interponer una demanda en la Procuraduría General de la República, pues ése, dice, es el camino para llegar a los organismos de justicia internacionales, a fin de que quede claro que la tragedia en Tabasco pudo evitarse y se castigue a los responsables.
Concluye con un recuento apretado de sus visitas y asambleas en mil nueve municipios, y avisa que a finales del año venidero habrá completado todos los municipios del país (2 mil 449) y tenido contacto con 5 millones de mexicanos.
Y con un llamado a lograr la “hazaña” de “sacar a nuestro pueblo de la pobreza y la marginación”.
La despedida es larga. López Obrador saluda de mano a los asistentes de las primeras filas. En el sonido se invita a la gente al cine, a ver la película de Luis Mandoki. “Ir al cine es un acto de resistencia”, dicen. Esta noche, como ayer y desde el estreno, habrá aplausos en muchas salas cinematográficas.
Pese a las recomendaciones, frente a la Catedral un grupo de convencionistas hace bolita para comprar la versión pirata de Fraude: México 2006. Algunos otros, todavía enojados, gritan al cardenal: “¡Pe-de-ras-ta!” La mayoría, sin embargo, se va en paz cuando la asamblea termina.
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