Mike Whitney
El Pentágono ha estado ocultando la verdadera cantidad de bajas estadounidenses en la Guerra de Iraq. La verdadera cantidad excede las 15.000 y CBS News puede probarlo.
La Unidad de Investigación de CBS quería hacer un informe sobre la cantidad de suicidios en las fuerzas armadas y “presentó una solicitud según la Ley de Libertad de la Información al Departamento de Defensa.” Después de 4 meses recibió un documento que muestra – que entre 1995 y 2007 – hubo 2.200 suicidios entre soldados “en servicio activo.”
Tonterías.
El Pentágono ocultaba la verdadera magnitud de la “epidemia de suicidios.” Después de una investigación exhaustiva de los datos de suicidios de veteranos proveniente de 45 Estados, CBS descubrió que sólo en 2005 “HUBO POR LO MENOS 6.256 ENTRE LOS QUE SERVÍAN EN LAS FUERZAS ARMADAS. ES DECIR 120 EN CADA UNA Y EN TODAS LAS SEMANAS DE SÓLO UN AÑO.”
No es un error de tipografía. Personal activo y en retiro de las fuerzas armadas, sobre todo jóvenes veteranos entre 20 y 24 años, vuelven del combate y se matan en cantidades récord. Podemos suponer que “múltiples períodos de servicio” en una zona de guerra han precipitado una crisis de salud mental desconocida por completo por el público y que es negada totalmente por el Pentágono.
Si sumamos las 6.256 víctimas de suicidios de 2005 a las 3.865 víctimas “oficiales” de los combates de las que hablan, obtenemos una cifra de 10.121. Incluso un cálculo exageradamente bajo de cifras similares de suicidios para 2004 y 2006, significaría que la cantidad total de víctimas estadounidenses de la guerra de Iraq excede ahora las 15.000.
Así es; 15.000 militares estadounidenses, hombres y mujeres, muertos en una guerra que – hasta ahora – no tiene justificación legal o moral.
CBS entrevistó al doctor Ira Katz, jefe de salud mental en el Departamento de Asuntos de Veteranos. Katz trató de minimizar la ‘oleada’ de suicidios de veteranos diciendo: ‘No hay una epidemia de suicidios en Asuntos de Veteranos, pero los suicidios constituyen un problema importante.”
Tal vez Katz tenga razón. Tal vez no haya una epidemia. Tal vez sea perfectamente normal que jóvenes hombres y mujeres vuelvan del combate, se hundan en una depresión inconsolable, y que haya más que se suicidan que los que mueren en el campo de batalla. Tal vez sea normal que el Pentágono los abandone en cuanto vuelven de su misión para que se puedan volar los sesos o se cuelguen con una manguera de jardín en su sótano. Tal vez sea normal que los políticos sigan financiando una matanza generalizada mientras dejan de lado a las víctimas que han producido con su indiferencia y falta de coraje. Tal vez sea normal que el presidente persista en repetir las mismas mentiras insípidas que perpetúan la ocupación y que siguen matando a muchísimos jóvenes soldados que se arriesgaron por su país.
No es normal; es una pandemia – un estallido de desesperación que es el corolario natural de una vida en constante temor; de ver que sus amigos son desmembrados por bombas al borde de la ruta, o que niños son despedazados en puestos de control, o de encontrar cuerpos maltratados tirados al lado del lecho de un río como si fueran bolsas de desperdicios.
La erupción de suicidios es el vástago lógico de la guerra de Bush. Los soldados que vuelven están traumatizados por sus experiencias y ahora se matan en masa. Tal vez debiéramos haber pensado en eso antes de la invasión.
Vea el vídeo en CBS News “Suicide Epidemic among Veterans”: http://www.cbsnews.com/stories/2007/11/13/cbsnews_investigates/main3496471.shtml
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article18737.htm
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