Sumario:
I. Juan Carlos I, el rey pandillero, por Un indio catalán
II. ¿Por qué no te callas, borbón franquista?, por José Manuel Martín Medem
III. Puebla a la hora de AMLO, por José Agustín Ortiz Pinchetti
IV. Llega AMLO a mil municipios visitados en lo que va del año. “Aunque me tachen de revoltoso y alborotador, pararemos al país para detener la privatización del petróleo”.
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JUAN CARLOS I, EL REY PANDILLERO
Por un indio catalán
(El autor de este texto es periodista, corresponsal de varios medios, lector de nuestros servicios informativos y ha aceptado convertirse por esta vez en colaborador del servicio de noticias ISA al autorizarnos la publicación de su artículo).
De golpe, como un milagro, una imagen define todo. El sentido exacto de las cosas más allá de todo simulacro y toda confusión. Lo que el mundo entero ha visto en la Cumbre Iberoamericana de Chile es la encarnación de lo imposible: Un matón de barrio, un pandillero al mejor estilo de la falange, el rey de España Juan Carlos I, amenaza al presidente de una república americana y se va de una conferencia entre supuestos pares porque no consiente, simplemente, que los “inferiores” hablen.
Lo que cualquier humano de dos patas sabe sobre cualquier banda de criminales callejeros. Esto es lo que ha pasado. Que antes del linchamiento, los delincuentes te señalan con el dedo, que luego te dicen que mejor te calles y que al final, si pueden, te acaban: Con un balazo o una paliza. Y esos tres movimientos exactos, públicos, bajo la luz del sol republicano, destruyendo todas las convenciones diplomáticas que inventó tiempo ha el liberalismo, esto es exactamente lo que ha hecho el hombre que ni tan siquiera juró la constitución española porque antes había jurado los principios fundacionales del movimiento nacional.
Retengan cada escena porque es el ritual de todo crimen: Hugo Chávez está diciendo que Aznar es un fascista y habla de los empresarios españoles. El rey se mueve inquieto. Se percibe algo. Y de golpe, primer acto, el aviso verbal: “Tú”, combinado con la amenaza corporal, el fabuloso lenguaje del gesto gangsteril: señalar con el dedo. Contextualicen: Ante los jefes de Estado de América Latina, un supuesto par, el jefe del Estado español, designa a la víctima y la marca con su dedo inquisidor. Primer aviso. No te pases o recibirás lo tuyo.
Después, segundo movimiento, harto de este igualado, este peón de hacienda, este indio malhablado, el aristócrata mete la directa y lanza la única frase que no es concebible en ningún escenario mundial: “¿Por qué no te callas?”.
Hacerte callar, “poner en su sitio” u ordenar tu silencio es una de las más sagradas tradiciones del añejo fascismo español, el colmo de todo grande de España, licenciado, cacique, guardia civil y del lumpen que les rodea. Las bandas de la porra, los carlistas, los rondines fascistas. El delirio fastuoso de la oligarquía por la gracia de dios. Una raza de bárbaros analfabetos que acaban con cualquiera que ose simplemente hablar. Expresar un pensamiento. La verdad, por ejemplo. Y un asesino vestido de monarca amenaza, con la clásica chulería del señorito y el hacendado, a un presidente americano.
Y al final, el tercer movimiento. La definición perfecta del horror. Ya que otro jornalero aunque presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sigue con las insolencias anthispánicas, Juan Carlos I, un señor que nadie ha elegido y que es sucesor legal e hijo putativo de un genocida, se levanta de su silla y se va de una reunión internacional. Toda la mugre periodística y televisiva, el populacho y las comadres, aplauden a este rey que tiene un par de cojones y expresa sus sentimientos.
Falta para el cuadro de terror final la nota diplomática del ministro de Exteriores español para que Chávez recapacite y la de un presidente del gobierno español que en vez de exigir al rey que pida disculpas a sus dos homólogos americanos dice que hasta aquí podíamos llegar. Y la unión patriótica de toda la chusma con el Rey, con Aznar, con Zapatero y con la madre que los parió.
Y les digo que cualquier ser humano que existe sobre la Tierra, sobre estas tierras que el imperio hispánico marcó con sangre, fuego y terror, debería saber a quién representa este sujeto disfrazado de rey: Una vieja raza de rancio abolengo, sí, pero de puros demonios, lobos vestidos de corderos, caníbales, engendros. Insectos sagrados. Poderosas cloacas, demasiado antiguas, demasiado triunfales, que han vivido de aterrorizar a todos los españoles que de verdad llevan siglos luchando por una igualdad auténtica.
Y digo yo también que a estas alturas de la partida, todo queda clarito. O sea que ya sabemos de donde aprendieron los golpistas americanos el matonismo y el arrojo homicida. De donde salen todos los beatos histéricos y las camadas de hienas que yo descubrí en México antes y después del fraude electoral del 2006. De todos los que jalaban, exigían y rezaban por la muerte de Salvador Allende y siguen pidiendo más paredones. Sólo que hasta ahora no quería enterarme de que el propio rey de España también sueña con matar, hasta con sus propias manos, a cualquier verdadero presidente que se atreva a decir y a hacer. Como aprendió de su padre, Juan de Borbón, que se enojó un montón cuando Franco le dijo que no se viniera a matar rojos en la guerra porque algún día sería el rey de la simulación, o de la “reconciliación” y no puede un monarca disfrutar mandando españoles a los camposantos. Al menos públicamente. Hasta el sábado 10 de noviembre del 2007 cuando el Borbón mostró su talante criminal al mundo.
Pero así es nuestro fastuoso hispanismo. Tiene su propio jardín secreto o la felicidad de callarte la boca y sus maravillosas consecuencias, entre las cuales robarte, violarte y asesinarte con el clerical añadido que además las víctimas de su poderío deben pedir perdón e hincarse de rodillas ante la divinidad de estos cerdos.
Y esto explica porque la guerra civil española fue una lucha a muerte, sin tregua posible. No cabíamos juntos en este mundo. Sólo el triunfo de los pandilleros del general Franco, el hombre a quien el abuelo de éste, Alfonso XIII, preparó para dirigir el exterminio de sus súbditos, sólo, digo y afirmo, sólo su incuestionable triunfo, el genocidio exterior e interior de los ciudadanos españoles, explica que este canalla de Juan Carlos I se atreva a amenazar ante los ojos de todos a un presidente republicano.
Sin rodeos: Este dedo inquisidor y este orden de silencio son las mismas que precipitaron el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Luego, estos bravucones pasaron a la acción y el final lo saben todos.
Aquí termino. Sólo digo que gracias a escenas como ésta me acuerdo de que la guerra no ha terminado del todo y que algunos ciudadanos de este país nos acordamos de Javier Mina, aquel caballero que vino de nuestras tierras para luchar por la independencia de México. Y que yo, como otros, sueño y trabajo para que energúmenos como éstos acaben donde deben: en la prisión, en el exilio o en el cadalso, como merece este supuesto monarca que demostró ayer al mundo por qué no debe vivir entre humanos.
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¿POR QUÉ NO TE CALLAS, BORBÓN FRANQUISTA?
por José Manuel Martín Medem
(El siguiente artículo lo hemos tomado de la página de internet Rebelión. José Manuel Martín Medem es periodista español. El lector que desee conocer más sobre sus posiciones periodísticas puede acceder a la siguiente entrevista: http://www.revistapueblos.org
Si alguien no tiene respaldo para callar a otro en las reuniones iberoamericanas es el rey de España, que es el único jefe de Estado o de gobierno que no ha sido elegido por sus ciudadanos. Si alguien tiene razón en sus intervenciones en la Conferencia Iberoamericana son los que acusan de fascista a Aznar y denuncian la voracidad imperialista de las empresas españolas en América Latina.
Contra Aznar es suficiente recordar su complicidad con Bush y sus paseos en el avión del jefe de la mafia que desde Miami organiza los atentados terroristas en Cuba y colaboró en sus campañas electorales. Contra el rey Juan Carlos es suficiente preguntarle por qué no le pide que se calle al monarca marroquí cada vez que manifiesta su estirpe dictatorial. Contra las transnacionales españolas sólo hay que recordarles que hacen sus negocios en América Latina gracias a la complicidad con los gobiernos que privatizaron las empresas que compraron en rebajas y con la garantía de mercados cautivos. Contra la actitud de Zapatero lo más evidente es que prefiere reconciliarse con Bush en lugar de facilitar la nueva y auténtica integración de América Latina.
¿Quién le ha dicho al borbón franquista que tiene autoridad para quitarle la palabra al presidente latinoamericano que más veces ha sido ratificado por su electorado? ¿Por qué se enmierda Zapatero defendiendo al fascista Aznar en vez de colaborar con la nueva insurgencia latinoamericana?
En las hemerotecas puede comprobarse que el gobierno de Aznar y la CEOE fueron cómplices de Estados Unidos en el golpe de Estado contra Chávez. Y puede comprobarse también que todos los grandes medios de comunicación aplaudieron aquel golpe y tuvieron que replegarse amargados cuando se produjo el restablecimiento de la legalidad.
¿Les pidió el rey de España a los golpistas venezolanos que se callaran? ¿Por qué no te callas, Juan Carlos?
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PUEBLA A LA HORA DE AMLO
por José Agustín Ortiz Pinchetti
Cuando dentro de un tiempo los poblanos recuerden este otoño, lo vincularán con la gira de Andrés Manuel López Obrador, quien se empeñó en ir hasta la parte más profunda del estado. En 35 días recorrió 13 mil 500 kilómetros, realizó 218 asambleas en todos los municipios y fue recibido, según el cálculo final, por unas 200 mil personas. Hazaña de energía y coordinación excepcional. A pesar de ello, los medios locales, la televisión y la radio guardaron (en su abrumadora mayoría) silencio. Modesta “contribución” al mito de que AMLO ha desaparecido.
¿Qué encontró el tabasqueño en sus giras poblanas? “Pobreza y abandono”. Como diría en un discurso al culminar una gira ante una multitud que lo aclamó en el zócalo de Puebla el pasado domingo. Yo añadiría: decadencia. Es cierto que algunas regiones de Puebla han sido y son muy pobres, pero el estado tuvo un gran impulso durante los sesenta y los setenta. Hoy los municipios no tienen dinero para su gestión. Las actividades productivas están abandonadas. Cientos de miles de poblanos han dejado a sus comunidades. La colonia poblana en Nueva York rivaliza con la población de la angelópolis. Hay pobreza patrimonial en más de la mitad de la población y desnutrición en muchos pueblos. Los salarios son insignificantes. El mercado interno se contrae con la carestía. A la gente no le alcanza para lo esencial, medicamentos, luz eléctrica, vestido, reparación de sus modestas viviendas. Los sistemas de salud y educación están desarticulados y semiabandonados.
Pero, ¿en qué parte del país no sucede lo mismo? Hace unas semanas, antes de la catástrofe, publiqué un artículo sobre la decadencia de Tabasco. Los síntomas son idénticos en Puebla: despilfarro y corrupción, falta de impulso a la producción y expansión burocrática. Degradación y desigualdad. El ex gobernador Madrazo vive en Miami, el ex gobernador Andrade en Canadá. No responden ni responderán del desvío de dinero federal para hacer obras y contener las inundaciones. Pero lo mismo hace el gobierno de Calderón. Ni siquiera exhibe un programa mínimo para responder a la emergencia. Lo atribuye a la catástrofe, al calentamiento global o a las fases de la luna. Se niega a dar una información seria para determinar si los sistemas hidroeléctricos manejados por la CFE fueron mal administrados. Si por intereses políticos y económicos excedieron los límites de seguridad.
Los medios y el gobierno apuestan a mantener tanto como puedan el letargo de una gran parte de la población. Así no se conocen las giras de AMLO. La tragedia de Tabasco es borrada del interés público que se ahuyenta ahora a los escándalos de Fox u otros incidentes menores: cortinas de humo. El mismo control se ejercía en la época del PRI y con la misma intención, adormecer la conciencia pública. Impedir que se rindan cuentas. AMLO, al criticar la situación en la que viven Puebla y el país y ofrecer propuestas alternativas, prefigura una nueva forma de oposición. A ella deberán sumarse en el futuro los partidos, grupos y personalidades progresistas. Todos aquellos que quieran sacar de la postración a nuestro país y a sus regiones.
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LLEGA AMLO A MIL MUNICIPIOS VISITADOS EN LO QUE VA DEL AÑO. “AUNQUE ME TACHEN DE REVOLTOSO Y ALBOROTADOR, PARAREMOS AL PAÍS PARA DETENER LA PRIVATIZACIÓN DEL PETRÓLEO”.
A una semana de realizarse la asamblea de la Convención Nacional Democrática, Andrés Manuel López Obrador anunció que convocará al pueblo de México a una movilización hasta parar al país, aunque lo tachen de revoltoso y alborotador, si el gobierno usurpador de Felipe Calderón envía al Congreso de la Unión una iniciativa para reformar las leyes secundarias y entregar el petróleo al capital privado extranjero.
Manifestó que las dirigencias del PRI y del PAN sostienen negociaciones encaminadas a suscribir un acuerdo que facilitará a los legisladores de ambas “franquicias” —como llamó a dichos partidos— aprobar por mayoría simple los cambios a diversas leyes, sin tocar la Constitución, para privatizar la industria petrolera, como lo recomienda la agenda de los organismos financieros internacionales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional.
En el segundo día de actividades por el Estado de México y en donde recorrió el municipio número mil de los dos mil 500 del país, aclaró que la misma estrategia utilizaron los gobiernos neoliberales para abrir la participación de las empresas trasnacionales que generan energía eléctrica, en clara violación al texto constitucional.
Con las modificaciones, los vendepatrias allanarán el camino a la inversión extranjera en las ramas petroquímica y extracción del crudo, aseguró al explicar que los verdaderos dueños de las franquicias del PRI y del PAN son una minoría rapaz que quiere devorarse al país, sin perder privilegios.
En su encuentro con el pueblo de Santiago Tianguistengo hizo énfasis en que las cúpulas de los partidos tricolor y albiazul optaron por promover cambios a leyes secundarias, porque prosperarán con el voto mayoritario de los legisladores de dichas fuerzas políticas; en cambio, aclaró, una reforma constitucional requiere del sufragio de las dos terceras parte de los legisladores, y los panistas y priistas son insuficientes para acreditar el requisito.
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