Los incidentes en la cumbre iberoamericana “validan” la reunión, señala Carlos Lage
El discurso de Antonio Saca “provoca náuseas”, afirma el presidente cubano en un artículo
Critica las “posiciones tradicionales de izquierda” de gobernantes latinoamericanos
Gerardo Arreola (Corresponsal)
La Habana, 11 de noviembre. El presidente Fidel Castro criticó las “posiciones tradicionales de izquierda” de gobernantes latinoamericanos y respaldó al líder venezolano Hugo Chávez en el choque verbal que mantuvo en Santiago de Chile con el rey Juan Carlos y el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Invocando a Ernesto Che Guevara, en un artículo difundido hoy, Castro dijo que el guerrillero “con dolor profundo escucharía los discursos que desde posiciones tradicionales de izquierda se pronunciaron” en la décimo séptima cumbre iberoamericana el fin de semana.
En cambio respaldó las intervenciones del nicaragüense Daniel Ortega y del boliviano Evo Morales y consideró “demoledora” la crítica de Chávez a “la Europa que precisamente pretendió dar lecciones de rectoría” en la reunión.
Castro hizo una salvedad, al manifestar su apoyo a esos “líderes, revolucionarios y valientes, con independencia de la poca o mucha experiencia política de cualquiera de ellos”.
El líder cubano evitó más precisiones, por lo cual dejó dos puntos abiertos: a) en qué punto de la reunión advirtió inexperiencia en alguno de sus aliados, y b) hasta dónde llega la “izquierda tradicional”, en la cual pudieran estar al menos los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador y Uruguay.
Finalmente Castro dijo que el discurso del presidente de El Salvador, Antonio Saca, “provoca náuseas” y que dedicar a la juventud la próxima cumbre iberoamericana en ese país, es “una mezcla indigerible de cinismo y de mentira para sembrar reflejos condicionados en la mente de los pueblos”.
Además de Estados Unidos, El Salvador es el único país del hemisferio que no tiene relaciones diplomáticas con Cuba.
El diario Juventud Rebelde, único de circulación nacional los domingos, redujo el pleito entre Chávez y los dirigentes españoles a cuatro párrafos de una página interior. Sobre la cumbre, sólo destacó en portada el artículo de Castro y una foto del vicepresidente Carlos Lage, Ortega y el líder venezolano, en un acto paralelo a la cumbre.
Lage, quien encabezó en Santiago a la delegación cubana, intervino en la sesión más conflictiva para decir que los incidentes validaban la reunión, al reflejar el momento de cambios y contradicciones en América Latina, en reacción a la política de Estados Unidos; que Chávez tenía derecho a la defensa ante la política del ex presidente español José María Aznar y que estas expresiones no debían interpretarse como ataques al rey o a Rodríguez Zapatero.
Para Cuba, el saldo diplomático de la cumbre incluye la aprobación de dos comunicados especiales, uno de condena al bloqueo económico estadunidense contra la isla y otro de crítica a la impunidad en la que permanece Luis Posada Carriles, sin juicio en Estados Unidos ni extradición a Venezuela por diversos atentados contra objetivos cubanos.
Lage se reunió en Santiago con el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quien anunció un viaje oficial a la isla con fecha tentativa para el próximo 21 de diciembre, en un momento en el que las relaciones económicas entre los dos países están en franca mejoría, con un intercambio de 277 millones de dólares en los primeros nueve meses del año, según fuentes brasileñas.
El vicepresidente cubano también se reunió con la presidenta chilena, Michelle Bachelet, a quien invitó a visitar la isla.
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