lunes, noviembre 12, 2007


Guatemala: Los retos de Colom

Ciudad de Guatemala, 12 de noviembre (apro).- La mañana del pasado 5 de noviembre, unas horas después de que el Tribunal Federal Electoral lo reconoció como presidente electo, Álvaro Colom resumió en una frase sus planes para la nación que dirigirá a partir del 14 de enero de 2008: “convertir a Guatemala en un país socialdemócrata, con rostro maya”.Triunfador en la elección del 4 de noviembre, a la acudieron apenas 48% de los ciudadanos guatemaltecos empadronados –de los cuales 52% le otorgó un apretado triunfo ante el militar Otto Pérez Molina--, Colom anunció el arranque de un acuerdo de gobernabilidad.Entre los consensos más urgentes, Colom se refirió a temas fiscales que le garantizarían recursos adecuados: la aprobación del Presupuesto General 2008, que actualmente se discute en el Congreso, y el cabildeo para la permanencia del Impuesto Extraordinario y Temporal de Apoyo a los Acuerdos de Paz (IETAP), que si bien oficialmente vence en diciembre de este año, el gobierno saliente pidió prorrogar un año más, con la oposición del sector empresarial.Triunfador gracias al voto rural, que en 20 de los 22 departamentos del país le dio la victoria, Colom prometió en su primera conferencia de prensa como presidente electo “una administración distinta, donde desde el primer momento se rechace la discriminación y se pague la deuda histórica que se tiene con los pueblos indígenas, a través de programas de desarrollo rural, más cobertura educativa y salud”.En Guatemala 51% de la población es pobre, según cifras oficiales, lo que se refleja, por ejemplo, en la desnutrición crónica que padecen la mitad de los niños guatemaltecos.Debido a la votación que recibió, el presidente electo de Guatemala “tendrá que trabajar muy fuerte para cumplir los compromisos que asumió con la gente del interior del país, básicamente orientados a promover el desarrollo”, advierte Carmen Aída Ibarra, directora de análisis de la Fundación Myrna Mack.Señala que en materia de seguridad, y para atender el clamor de los habitantes metropolitanos, “el nuevo presidente tiene que combatir problemas nacionales concretos como la creciente violencia, el crimen organizado y la impunidad tangible”. Además, “enfrentará problemas abstractos como la creciente penetración del crimen organizado en el aparato del Estado”, sostiene. Entre estas dos demandas, el voto rural, que determinó el resultado electoral, impondrá un mandato claro para el nuevo gobierno: dar prioridad a atender la precariedad social y económica de amplias regiones del país, lo que implica impulsar el desarrollo, reitera Ibarra.Debido a la creciente presión social que provoca la inseguridad, los últimos gobiernos guatemaltecos han desatendido el tema de desarrollo rural. “Grandes segmentos de población de las zonas rurales siempre han estado excluidos, y en la última elección dieron la voz de alarma. Colom tiene que asegurarse de volver la vista hacia esas regiones del país”, advierte.
Primeras batallas
Por lo pronto, la primera batalla de Colom en el Congreso para lograr la permanencia del IETSP --impuesto que aportaría a su presupuesto 179 millones de dólares en 2008--, se aprecia cuesta arriba. Su propuesta es respaldada por su propia bancada, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que cuenta con 31 legisladores, y por la fracción oficialista de la Gran Alianza Nacional, (Gana), que tiene 24 escaños; pero Colom requerirá aún de 25 votos para aprobar por mayoría la permanencia del impuesto. La diputada Roxana Baldetti, líder de la fracción legislativa del Partido Patriota, que cuenta con 19 legisladores, dijo el pasado 7 de noviembre que la prórroga es innecesaria. La cuarta bancada más numerosa, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), con 29 legisladores, está indecisa. En cuanto al presupuesto, si no hubiese consenso para lograr la aprobación del techo de 5 mil 453 millones de dólares solicitados para 2008, quedaría vigente el del año anterior por 4 mil 833 millones.También hay buenas noticias para Colom: el presidente saliente, Oscar Berger, está apoyando la transición. Invitó a Colom a acompañarlo en la XVII Cumbre Iberoamericana, que se celebra en Chile del 8 al 10 de noviembre. La agenda de los mandatarios saliente y electo incluye encuentros con el rey Juan Carlos de España y la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. El pasado 6 de noviembre, Colom celebró su primer encuentro con secretarios generales de partidos de oposición, pero su llamado al diálogo tampoco tuvo respaldo total: no acudió a ese encuentro su principal rival en el Congreso, el Partido Patriota. Su Secretaria General, Roxana Baldetti, aseguró que no fueron invitados. Colom anunció que se estableció una mesa de dirigentes políticos que se reunirá periódicamente para buscar consensos en temas del Poder Legislativo y en el establecimiento de políticas de Estado. “Esta reunión es un ejemplo de lo que será mi gobierno, un gobierno de unidad nacional”, prometió.Para el analista de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales, Marco Barahona, Colom ha actuado en sus primeros días “con mucha madurez, con un discurso conciliador. El que haya descartado reformas constitucionales es positivo, porque eso hubiera abierto un frente innecesario de desgaste”.Su reunión con líderes de otros partidos, “manda un mensaje positivo de que buscará un estilo de gobierno de consensos”, estima.
Guiño socialdemócrata
Con su declaratoria socialdemócrata en su primer acto como presidente electo, Colom “está identificándose con una línea que le puede traer dividendos: la misma de los gobiernos de Argentina Uruguay, Ecuador. Nicaragua, Honduras y Brasil”, opina Barahona. En cuanto a los primeros nombres del gabinete, Barahona observa una orientación socialdemócrata interesante. Entre los primeros nombrados están Haroldo Rodas, director de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), quien será el próximo canciller; y Fernando Fuentes Mohr, hermano del exministro de Relaciones Exteriores, Alberto Fuentes Mohr, asesinado en 1979. Rodas “fue secretario clandestino de la socialdemocracia de 1982 a 1985, y Fuentes Mohr también tiene una trayectoria socialdemócrata”, observa Barahona.Ibarra, por su parte, dice: Colom y sus colaboradores “se anuncian como socialdemócratas y podría ser que hagan un guiño a nuevos modelos de gobierno que han aparecido en América del Sur, pero eso crearía controversia en grupos privados poderosos del país. Hay que ver cuál va a ser su ejecutoria”.Plantea: “Cuando empecemos a ver las políticas domésticas, nos daremos cuenta si éstas dan un giro diferente a lo que tenemos y veremos qué tan profundo o superficial es el discurso socialdemócrata de la UNE.”Entre las propuestas de Colom están: reconvertir el Ministerio de Gobernación en Ministerio del Interior, que los jefes de la Policía Nacional Civil en cada cabecera departamental sean electos, crear un sistema de seguridad comunitaria y fuerzas especiales de seguridad civil para actuar especialmente en el combate contra las “maras”. La analista de la Fundación Mack señala un elemento preocupante: a pesar de Colom se dedicó a atacar la figura militar de Otto Pérez durante toda la campaña electoral, sus propuestas plantean que las tareas propias de seguridad ciudadana queden sometidas casi de manera completa al Ejército.“Estamos preocupados sobre el curso pueda tomar esto a la hora de gobernar. Aunque es posible que fueran sólo discursos de campaña y, ya electo, Colom recupere el carácter civil de sus propuestas en materia de seguridad”, dice.“Guatemala tiene dos problemas estructurales: uno es la inseguridad y la creciente ola de violencia y el otro es la pobreza. Esos son los grandes retos de Colom”, considera Manfredo Marroquín, director de la organización pro-transparencia Acción Ciudadana.En cuanto a la pobreza, “el gran reto es cómo lograr mayores niveles de inversión que generen empleo y desarrollo, sobre todo a nivel regional, porque hay mucho desequilibrio. La capital concentra casi toda la inversión que existe y lo que ha ofrecido Colom es crear condiciones para que haya inversión en las áreas rurales”.A nivel fiscal, añade, “el gobierno tendrá que desarrollar la capacidad de negociación con el sector privado para lograr una mejoría en la recaudación fiscal que desde hace una década se mantiene en rangos del 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pese a que la meta establecida en los Acuerdos de Paz, en 1996, fue lograr una recaudación equivalente al 12% del PIB”.Marroquín advierte: “La luna de miel va a ser muy corta. La gente está desesperada en la búsqueda de soluciones, sobre todo en materia de seguridad. El reto más importante y específico será cómo construir nuevas instituciones en este tema para así reemplazar a las que están colapsadas, como la Policía Nacional Civil, completamente corrompida e infiltrada por el crimen organizado. Además de fortalecer las estructuras de inteligencia que le permitan al Estado identificar y perseguir al crimen organizado.”Marroquín recuerda que Colom fue avalado por apenas un 25 por ciento del electorado. Tiene “una base de legitimidad frágil”, pero la ciudadanía que mayoritariamente no votó por él no puede hacerle reclamos. “Por esa misma razón, tiene un espacio de acción mayor (…) Si hace un trabajo más o menos efectivo en términos de gobernabilidad, tiene posibilidades de salir bien”, estima.

No hay comentarios.: