lunes, noviembre 12, 2007

La desigualdad en México, factor de eventuales estallidos sociales:
Fritz Glocknergloria
“Tenemos vergonzosamente a un cabrón que, según la lista de Forbes, es el más rico del mundo (Carlos Slim) y 27 millones de mexicanos en pobreza extrema que no tienen ni una aspirina para sobrevivir”,


México, D.F., 12 de noviembre (apro).- A dos meses de los atentados en instalaciones de Petróleos Mexicanos, que se adjudicó el Ejército Popular Revolucionario (EPR), el historiador y escritor Fritz Glockner advierte sobre el riesgo de estallidos sociales.Autor de “Memoria roja”, libro que narra de “manera libre” la historia de la guerrilla en México de 1943 a 1968, Glockner señala, en entrevista, que “las causas que originaron los levantamientos armados de los años 40, 50, 60 y 70, no se han satisfecho, y no existe una lógica de intentar reconstruir un tejido social. Nuestra liga se encuentra de lo más delgaditita… Y no lo digo con gusto, sino con angustia”.Entre las causas que, sostiene, explican la persistencia de grupos armados, está el hecho de que cada vez son más grandes las diferencias sociales. “Tenemos vergonzosamente a un cabrón que, según la lista de Forbes, es el más rico del mundo (Carlos Slim) y 27 millones de mexicanos en pobreza extrema que no tienen ni una aspirina para sobrevivir”, dice.Hijo de Napoleón Glockner, miembro de las Fuerzas de Liberación Nacional muerto el 5 de noviembre de 1976, el historiador señala, sin embargo, que en los atentados contra ductos de PEMEX --medida para exigir la presentación con vida de dos integrantes del EPR, Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, lista a la que el grupo armado agregó a Francisco Paredes Ruiz, exmiembro del Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR)--, hay elementos que generan suspicacias.Glockner, quien ha estudiado la guerrilla mexicana desde hace 25 años, tiempo en el que ha consultado todo tipo de fuentes, inclusive las policiacas en los archivos de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), cuestiona las explosiones en las instalaciones petroleras, aunque, afirma, representan “la acción armada más exitosa” que han tenido los movimientos subversivos en el país.Añade que en estados como Querétaro y Guanajuato “está comprobado por los informes oficiales que el EPR no tiene base social”.Al referirse a “otro tema que nadie ha tocado”, Glockner afirma que “la izquierda sí es creativa. Entre izquierda nunca nos robamos las consignas. ¿Cuál fue la primera consigna que apareció supuestamente en una `pinta` de los ductos de PEMEX: ‘Vivos se los llevaron, vivos los queremos’. Esa no es una consigna del EPR, sino de Rosario Ibarra de Piedra, de Eureka. Pregunto: ¿por qué se están robando una consigna que no les pertenece? No me checa”.Señala que los atentados “fueron exitosos y lograron su objetivo, ya que no hubo derramamiento de sangre, pero sí afectó los intereses básicos de la industria mexicana durante ocho ó 15 días, con pérdidas de entre tres mil o cinco mil millones de pesos, algo grave para la industria mexicana y extranjera”.Explica que ese grupo armado, que apareció por primera vez el 28 de junio de 1996 durante la conmemoración de la matanza de 17 campesinos en Aguas Blancas, Coyuca de Benítez, Guerrero, ya traía detrás de sí la descalificación de historiadores como Adolfo Gilly, quien la llamó una “pantomima” al EPR, por haber aprovechado los “reflectores” que dio la presencia de Cuauhtémoc Cárdenas en ese evento.Apunta que esto no implica cuestionar la autenticidad de ese grupo armado, porque “una cosa es que no hayan tenido la capacidad para generar sus reflectores en 1996 y, otra, que caigas en el fusil de frases…Es diferente la estrategia utilizada para presentarse con sus vestimentas y armas, a la colocación de una `pinta` con una frase establecida por otro personaje histórico”.El historiador, originario de Puebla, critica además al Estado mexicano por considerar a los guerrilleros como “terroristas”, como lo hizo el escritor Héctor Aguilar Camín, quien “ha fungido como vocero de la PGR”.Dice: “Hay aspectos sociales que están llevando a esta gente a tomar este tipo de acciones. No puedes jugar con la misma lógica del Estado mexicano, de decir que son robavacas, delincuentes del orden común o, como diría Luis Echeverría en su cuarto informe de gobierno, producto de familias inestables, de drogadictos y homosexuales”.Glockner subraya que el intento por calificar como “terrorismo” a la guerrilla en México, a partir de una “campaña internacional estúpida de Estados Unidos”, no ha fructificado.Dice: “El terrorismo no tiene nada que ver con las acciones armadas populares y guerrilleras, las cuales tienen justificaciones sociales en nuestro país. Es decir, el subcomadnante Marcos no es Bin Laden ni tampoco el comandante x del EPR”.Glockner, quien prepara un segundo libro sobre la historia de la guerrilla en México de 1969 a 2007, que titulará “Los años heridos”, señala que, entre las diferencias más importantes entre los movimientos armados del pasado y los actuales, está el mismo escenario mundial, el cual “ya no dividido en estrategias ideológicas-políticas”. “Estamos en un momento histórico, en el que la violencia no sólo es una violencia político-ideológica como podía haber sido en los sesentas y setentas. Hoy estamos ante un desgaste de un tejido social, donde la violencia puede ser por traumas y frustraciones, que ni siquiera culturalmente pudiéramos detectar bien. Una violencia sin utopías y sin banderas es bastante más cabrona”, afirma.Añade que la presencia del narcotráfico es otra diferencia importante con las guerrillas de los setenta, porque aquél “no estaba tan organizado o tan infiltrado en el gobierno, y eso genera mayor desgaste en el tejido social, ya sea por el consumo de drogas o por el apoyo a la producción o por el encubrimiento al lavado de dinero de grupos de delincuencia organizada”.A su juicio, hasta ahora “no se puede hacer vínculos” entre la guerrilla y los cárteles del narcotráfico, porque no “hay nexos de esa perversión, como ha sucedido en Colombia”.Insiste que la desigualdad en México es un “problema peor que antes”, incluidas las “sospechas de fraude electoral”, así como el corporativismo sindical, lo que, dice, explica la existencia de 19 grupos armados. “La población está conciente de la desigualdad, pero también de que no quiere la guerra. Somos un país con vocación pacifista, pero también es cierto que, cuando el México bronco o el México profundo se decide, no hay quien lo pare… Hay ejemplos no sólo de 1810 y de 1910. Con el desgaste del tejido social, ese México profundo con vocación pacifista, de pronto puede irrumpir y, aguas, porque las calles pueden quedar cortas”, advierte.Sobre “Memoria Roja”, Glocker señala que su objetivo es “el rescate de la historia negada y enterrada, pero con fantasmas muy vivos; pretende resarcir huecos, lugares oscuros de la memoria histórica. Es una forma elemental de justicia con la colectividad, no con los caídos”.

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