Arturo Cano (Enviado)
Caracas, 6 de diciembre. “Ua, Chávez no se va”. La consigna ha sonado y vuelto a sonar desde hace años en las calles de esta ciudad y de Venezuela. Por eso resulta extraño que sea el mismo presidente Hugo Chávez quien anuncie: “Me tengo que ir del gobierno en el año 2012. Ustedes no aprobaron la reforma, yo me tengo que ir”.
Eso dice en un acto de entrega de becas, después de regañar a sus seguidores y llamar a quienes no fueron a votar “débiles, cobardes y flojos”.
No se la creen en las filas de la oposición política. Ni en las del chavismo. Dos altos dirigentes chavistas consultados por este reportero coinciden: “No se va ir tan fácil, va a buscar una estrategia para extender su mandato”.
Por lo pronto, Chávez no da respiro a la oposición desde la madrugada del lunes. Varios dirigentes opositores le piden que se calme y se vaya de vacaciones. Chávez, fiel a su estilo, parece empeñado en no dejarles tirar el primer golpe.
Raúl Isaías Baduel, ex ministro de Defensa y demonio del chavismo tras su ruptura con el presidente, retoma la iniciativa de convocar a una Asamblea Constituyente. Los dirigentes de los partidos hacen que no lo oyen, pese a que varios habían coqueteado con la idea, cuando no creían en la posibilidad de ganar el referendo.
Baduel parece predicar en el desierto cuando le pide a Chávez que “no siga jugando a ser Dios” y desista de volver a presentar la propuesta. La Constituyente, según Baduel, sería la mejor forma de salirle “al paso a los que quieren todavía, que ya lo han dicho, que pretenden no cesar en su empeño de perpetrar el arrebatón que pretendían el 2 de diciembre”.
El general retirado, quien tuvo un papel relevante en el regreso de Chávez al poder tras el fallido golpe de 2002, lanza una “alerta para que no nos dejemos desmovilizar. Hay intenciones de usurpar y confiscar la voluntad popular. Se quiere aprobar la reforma constitucional a troche y a moche”.
Millones no votaron
En el reparto de culpas, el mandatario es duro con los habitantes de Caracas y del vecino y conurbado estado de Miranda. “Aquí los tengo anotados en la agenda y vamos a ver si me pagan o no… Se perdió en los barrios porque no fueron a votar, millones que no fueron a votar, ahora podrán decir lo que quieran pero no tienen excusa”.
A las porras, Hugo Chávez responde: “Por más que griten, la verdad es la verdad, el sí perdió en Miranda (estado conurbado con la capital) y en Caracas, anótenlo, se perdió en Petare, en los barrios; millones que no fueron a votar no tienen excusa, falta de conciencia, de resolución, por la patria, no tienen excusas, un revolucionario no busca excusas”.
En los barrios, en los cerros de Caracas estaba la reserva chavista de votos, y el domingo pasado la propuesta del presidente sólo ganó en 10 de las 33 “parroquias” del Distrito Metropolitano de Caracas. El año pasado triunfó en 22.
Chávez también se refiere a quienes, dice, pretextan los pleitos internos de los chavistas (aquí es célebre entre el alcalde de Libertador, Freddy Bernal, y el alcalde de Mayor, Juan Barreto) o bien ineficiencias de los gobiernos “de la revolución”.
“El que venga a decirme a estas alturas que no fue a votar porque no le llegó la beca a tiempo o que no le han arreglado su casa, porque está muy mala o porque a su hija no le dieron el cupo en la Universidad Bolivariana… el que diga eso, yo prefiero que se pase a la oposición, porque no es un revolucionario”.
Y no desaprovecha la oportunidad para golpear a su otrora mentor Luis Miquelena, quien fue su primer ministro del Interior: “Apareció frijolito primero… Ellos están como caimán en boca e’ caño esperando que Chávez se muera, que Chávez se acabe, para lanzarse como caimanes contra el pueblo, contra ustedes, para devorar la patria”.
De mañana, Miquelena había declarado a una estación radiofónica que el dilema de Chávez la noche del domingo pasado fue “que pensó que se haría un harakiri y quedaría como una piltrafa de la historia si vulneraba el resultado”.
Debate de las palabrotas
La intención del presidente venezolano de volver a presentar su proyecto por la vía de la iniciativa popular se opaca gracias a la polémica desatada por la expresión “victoria de mierda”, por el triunfo del no.
Con alguna excepción, los políticos opositores dedican buena parte de sus apariciones pública a esa expresión y lo mismo hacen los medios adversos al chavismo, que destacan que el mandatario dijo “mierda” en horario infantil.
El ministro de Información, William Lara, sale a la defensa del presidente y cita las palabrotas utilizadas por Arturo Uslar Pietri y Gabriel García Márquez. “Vamos a agradecer a Chávez por hacer con la palabra mierda lo que hizo Arturo Uslar Pietri con la palabra pendejo, que luego de emplearla dejó de ser un delito”. El ministro incluso se despacha frente a los medios la lectura de unos párrafos de la novela El coronel no tiene quien le escriba para probar su dicho.
Mientras, Chávez se da tiempo para todo y aparece de nuevo en público con la senadora colombiana Piedad Córdoba, quien anuncia el lanzamiento de una “estrategia internacional” para lograr la liberación de los secuestrados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
La estrategia supone, dice, involucrar a “muchos” presidentes y al juez español Baltasar Garzón, y como una campaña “mediática” que incluya la emisión de tarjetas con el lema “Una feliz navidad, pero con ellos”, así como la grabación de un mensaje de Chávez en que pedirá a los cautivos, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, “que coma, que camine, que no se abandone a su suerte”.
Algunos diarios venezolanos destacan como nota principal de sus portales de internet la entrevista concedida por José Vicente Rangel, ex vicepresidente de Venezuela, a La Jornada. La cabecean así: “Difiere Rangel de Chávez tras el referendo”.
Pobre Venezuela si Chávez se va en 2012, líderes que aman a sus pueblos y llegan al poder aparecen excepcionalmente, tendrán que esperar otro medio siglo o más para lograr avances sociales, el poder quedará en un vendepatrias mediocre que volverá a ser lacayo del Imperio y lo que han avanzado en socialismo se irá por el caño. Ojalá que no sea así, porque será un duro golpe no sólo para Venezuela sino para América Latina. La máxima "El pueblo que quiere ser libre lo será" de Benito Juárez demostrará que la mayoría del pueblo venezolano no quiso ser libre, le asustó la libertad, será por tantos siglos de ser esclavos que ya lo prefieren.
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