Martí Batres Guadarrama
Objeciones de la Memoria
Hay decenas de actores políticos panistas con larga experiencia y trayectoria en las lides políticas que desaprueban mayoritariamente lo que hoy ocurre al interior de ese partido el que, aseguran, abandonó la ideología, la ética y los principios que le dieron origen con tal de mantener el poder al costo que sea. Sus denuncias en ese sentido les han acarreado severas represalias. Pese a ello, algunos las han sorteado.
Es el caso de Javier Corral Jurado, quien ha denunciado los excesos del poder a partir de 2006 y tras el reciente cambio en la dirigencia nacional de su partido. Pronto tuvo que enfrentar las consecuencias de sus dichos. Siguiendo las instrucciones “al más alto nivel”, sus amigos blanquiazules hicieron todo lo posible para impedirle que fuera candidato plurinominal a diputado por su natal Chihuahua.
En ello participaron desde el presidente nacional del PAN, Germán Martínez, el cuñado-asesor-controlador de medios Juan Ignacio Zavala, hasta oscuros representantes de casilla en aquella entidad. Éstos permitieron y alentaron un fraude en la elección interna en contra del ex senador, mediante el embarazo de urnas.
Tras la impugnación de Corral, la propia Comisión Nacional Electoral panista reconoció el fraude del que aquél fue objeto. Él lo explicó así: “En mi contra se hizo una campaña de descalificación muy fuerte, una campaña de desinformación… una campaña que advertía que Felipe Calderón habría instruido a una coalisión de fuerzas locales, asunto por cierto muy delicado en el desarrollo de esta campaña… Porque en su nombre se coaligaron dos grupos antagónicos para decir que (yo) representaba un peligro para Calderón. No prosperó el chantaje, la guerra sucia, la consigna…”
Es decir, el PAN le aplicó a uno de los más feroces críticos del actual panismo la misma estrategia empleada en contra de sus adversarios políticos. Para emular lo que hicieron en 2006 —aunque ahora para impedir la candidatura de Corral— se permitió el embarazo de urnas en cinco municipios chihuahuenses, y aún así la diferencia entre Corral y la supuesta ganadora fue de ¡¡¡tres votos!!!
Al leer una entrevista reciente hecha a Corral uno se explica por qué el veto en su contra. Primero advirtió del desdibujamiento de AN en el ejercicio de gobierno, en la organización del partido y en sus métodos para seleccionar candidatos. Segundo, ubicó el mayor desafío “para la tradición democrática del PAN” en 2009: mantenerse como partido fiel a su origen, historia, valores y principios. Tercero, lamentó lo que observa: “Veo que el PAN se ha asemejado demasiado rápido a nuestros adversarios, porque nos estamos pareciendo mucho a ellos y porque el ciudadano no encuentra la línea que identifica o diferencia al PAN del PRI”.
Es el caso de Javier Corral Jurado, quien ha denunciado los excesos del poder a partir de 2006 y tras el reciente cambio en la dirigencia nacional de su partido. Pronto tuvo que enfrentar las consecuencias de sus dichos. Siguiendo las instrucciones “al más alto nivel”, sus amigos blanquiazules hicieron todo lo posible para impedirle que fuera candidato plurinominal a diputado por su natal Chihuahua.
En ello participaron desde el presidente nacional del PAN, Germán Martínez, el cuñado-asesor-controlador de medios Juan Ignacio Zavala, hasta oscuros representantes de casilla en aquella entidad. Éstos permitieron y alentaron un fraude en la elección interna en contra del ex senador, mediante el embarazo de urnas.
Tras la impugnación de Corral, la propia Comisión Nacional Electoral panista reconoció el fraude del que aquél fue objeto. Él lo explicó así: “En mi contra se hizo una campaña de descalificación muy fuerte, una campaña de desinformación… una campaña que advertía que Felipe Calderón habría instruido a una coalisión de fuerzas locales, asunto por cierto muy delicado en el desarrollo de esta campaña… Porque en su nombre se coaligaron dos grupos antagónicos para decir que (yo) representaba un peligro para Calderón. No prosperó el chantaje, la guerra sucia, la consigna…”
Es decir, el PAN le aplicó a uno de los más feroces críticos del actual panismo la misma estrategia empleada en contra de sus adversarios políticos. Para emular lo que hicieron en 2006 —aunque ahora para impedir la candidatura de Corral— se permitió el embarazo de urnas en cinco municipios chihuahuenses, y aún así la diferencia entre Corral y la supuesta ganadora fue de ¡¡¡tres votos!!!
Al leer una entrevista reciente hecha a Corral uno se explica por qué el veto en su contra. Primero advirtió del desdibujamiento de AN en el ejercicio de gobierno, en la organización del partido y en sus métodos para seleccionar candidatos. Segundo, ubicó el mayor desafío “para la tradición democrática del PAN” en 2009: mantenerse como partido fiel a su origen, historia, valores y principios. Tercero, lamentó lo que observa: “Veo que el PAN se ha asemejado demasiado rápido a nuestros adversarios, porque nos estamos pareciendo mucho a ellos y porque el ciudadano no encuentra la línea que identifica o diferencia al PAN del PRI”.
Por eso el veto a Corral, calificado como un peligro para Calderón.
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