Roberto Garduño
El flujo de indocumentados mexicanos hacia Estados Unidos y Canadá se incrementará en 2008 en un 10 por ciento tras la apertura fronteriza al mercado de frijol, maíz, leche y azúcar, refiere un informe elaborado en la Cámara de Diputados.
El grupo de trabajo en materia migratoria indica que el flujo de migrantes se disparará porque millones de mexicanos dedicados a la producción de los cuatro artículos citados “se encuentran en clara desventaja, y optarán por abandonar el campo para buscar trabajo en Estados Unidos”.
Edmundo Ramírez, diputado priísta que encabeza el mencionado grupo de trabajo legislativo, refiere que en el año próximo el número de mexicanos que cruzará la frontera rumbo a territorio estadunidense superará los 600 mil, sobrepasando largamente los 550 mil –en promedio– que se aventuran a emigrar sin papeles.
En tal sentido, el informe establece que a la par de la apertura agropecuaria indiscriminada, en México se presenta un fenómeno de destrucción de las actividades agrícolas, al haber reducido los subsidios al campo en casi 50 por ciento durante una década.
Efectos catastróficos
Sobre el particular, Humberto Zazueta, diputado por el PRD e integrante de la Comisión de Agricultura en San Lázaro, reveló que las condiciones para los campesinos mexicanos serán sumamente adversas, a pesar de que las autoridades federales podrían haber atenuado los efectos catastróficos para los productores mexicanos.
“Lo anterior queda en evidencia al revisar el gasto programable en clasificación funcional que elaboró al Secretaría de Hacienda, donde se refleja que para el desarrollo agropecuario y forestal el crecimiento de los recursos públicos fue nulo, pues en 2001 el monto total alcanzó los 45 mil 800 millones de pesos, en números redondos, y en 2007 la cifra se ubicó en 47 mil 800 millones”.
Según el legislador perredista, la inversión pública tiene un efecto crucial para la agricultura, la cual se complementa con inversión privada, pero tal fórmula se ha llevado al extremo en México al disminuirse dramáticamente los presupuestos para el sector, lo que deja en absoluta desventaja a los productores mexicanos.
Señala Zazueta que la agricultura mexicana en el momento de iniciar las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) estaba caracterizada por una dualidad que, a 13 años de su entrada en vigor, permanece inalterable: un gran universo de pequeños propietarios con parcelas menores a cinco hectáreas, y de trabajadores sin tierra y por otro lado, un reducido número de productores que poseen una porción mayor de tierras. A esto se suma, abundó, la baja productividad de los primeros.
“En efecto, la productividad de la agricultura mexicana es menor a la productividad media de la economía nacional, por su limitada capacidad de generar valor agregado. No obstante, Vicente Fox y Felipe Calderón han privilegiado el modelo de equilibrio de precios en lugar de inyectar mayores recursos en sectores específicos de la cadena productiva”.
A la fecha, el valor agregado por trabajador en México es siete veces inferior al de Estados Unidos, que tiene una agricultura altamente eficiente en términos globales y es la exportadora de granos número uno del mundo.
También se ha acumulado un déficit de inversión en zonas rurales desde 2001, cuando el sector agropecuario representó 5.4 por ciento del producto interno bruto (PIB) y sólo recibió 0.91 por ciento de inversión total.
En ese mismo camino se encuentra la administración de Felipe Calderón Hinojosa, porque en 2007 el sector agropecuario contribuirá con alrededor del 6 por ciento del PIB y sólo recibirá 0.8 por ciento de inversión.
También el diputado perredista Camerino Márquez advirtió que en entidades como Zacatecas, los productores de frijol entrarán en una fase crítica, porque al ingresar los cuatro productos liberados, provenientes de Estados Unidos y Canadá, se incrementará de forma imprevisible la salida de jornaleros hacia el norte del continente.
“De por sí la mitad de los zacatecanos ya radica en Estados Unidos, y con la apertura del Tratado de Libre Comercio se llevará a la quiebra a miles de productores, jornaleros y campesinos que no tendrán más opción que engrosar las filas de los indocumentados.
“Por tal razón urge de parte del gobierno federal un programa de apoyo y empleo emergente que permita reactivar la economía de las zonas rurales del país”, concluyó.
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