Esta noticia da cuenta de la debilidad mental y emocional de los legisladores. Les informo a los legisladores que esta experiencia la he vivido en dos ocasiones, y sin ser legisladora ni tener bajo mi responsabilidad uno de los poderes de la nación me permito darles una recomendación que cualquier hijo de vecino la sabe: este tipo de llamadas son frecuentes y la mayoría de ellas no tiene ningún sustento. Lo primero que hay que hacer es preguntarle al secuestrador o a la persona que aparece como familiar secuestrado que no hay trato si no dice el nombre completo y la fecha de su cumpleaños o algún dato personal. Si no lo hacen significa que es falso que hayan secuestrado a nadie. Segundo, se le llama al familiar para cerciorarse de que se encuentra bien como generalmente ocurre. Tercero, se continúa con la sesión.
Lo que resulta verdaderamente chusco es que supusieran que la veracidad del secuestro estaba en que el secuestrador conociera la curul en la que se sentaba y la ropa que usaba cuando lo importante es que conozcan los datos del supuesto secuestrado que es quien presuntamente está en peligro. Son retrasados mentales ¿o qué?
Por lo visto estos legisladores no tienen ni puta idea de lo que pasa en México, los supuestos secuestradores deben haber estado cagados de la risa de lo que ocasionaron aunque claro ninguno logró que se le depositara.
Reciben llamadas de supuestos secuestradores para exigir rescate por sus familiares
Amenazas telefónicas a panistas en la Cámara; suspenden la sesión
Sospechan que los responsables se encontraban en el mismo recinto de San Lázaro
El legislador Del Río Virgen ha sido amedrentado por las investigaciones sobre Pemex
Roberto Garduño y Enrique Méndez
Ruth Zavaleta sorprendió al pleno de la Cámara de Diputados al suspender súbitamente la sesión, debido a que momentos antes los legisladores panistas Lizbeth Medina, Mirna Cecilia Rincón, Francisco Dávila, Jesús Flores Martín y Pedro Pulido recibieron llamadas a sus celulares para advertirles que debían pagar rescates por el supuesto secuestro de algunos de sus familiares.
Inclusive, durante las llamadas les describieron el tipo y color de ropa que portaban, así como el número de la curul que ocupaban. “Estas personas, se presume, están aquí con nosotros. Este asunto está fuera de control”, alertó Zavaleta Salgado.
Y es que desde el lunes, revelaron fuentes legislativas, otros 13 diputados de Acción Nacional habían recibido llamadas similares, pero ayer la más afectada fue la legisladora Mirna Cecilia Rincón, a quien le exigieron sacar 200 mil pesos de su cuenta y depositarlos en otra, de Bancomer. Por unos instantes, la legisladora por Baja California se desvaneció y fue asistida por sus compañeros.
Mirna Cecilia Rincón debiera renunciar al cargo, nadie con esa fragilidad piscológica debiera estar ocupando una curul en el Congreso.
Cuando se recuperó, salió del salón apresuradamente –en su curul olvidó el abrigo y la bolsa– y se tropezó, por lo que debió ser incorporada por otros diputados. Enseguida se dirigió a una de las dos sucursales bancarias que se encuentran dentro del Palacio Legislativo, acompañada de Juan José Rodríguez Prats.
Ya en la fila, revelaron más tarde otros legisladores de Acción Nacional, volvieron a llamarle para indicarle que, al colgar, se guardara el celular en la bolsa. “No tengo bolsa”, replicó ella. La voz le hizo ver que sí traía una bolsa en el saco.
Esto es que, como dijo Zavaleta desde su lugar en la mesa directiva, los presuntos secuestradores se encontraban no sólo en el recinto parlamentario, sino que siguieron a la legisladora hasta el banco.
Además, le dieron indicaciones sobre el número de cuenta en que debía depositar los 200 mil pesos, pero antes de llevar a cabo esa operación pudo comunicarse con sus familiares, con quienes confirmó que ninguno de ellos estaba desaparecido.
Pues ¡claro! Es lo primero que tenía que haber hecho, antes de todos esos desfiguros.
Todas las llamadas, como confirmó posteriormente la diputada por Yucatán Lizbeth Medina, provinieron del mismo teléfono celular, con número 0445518344586, y la presidenta de la Cámara informó posteriormente que se pidió a la Procuraduría General de la República “investigar a fondo estas llamadas”.
La diputada perredista aseguró que no se reforzarán las medidas de seguridad, pues “no se puede evitar que a la Cámara entren visitantes extraños. Redoblar la vigilancia significaría qué, ¿cerrar las puertas? No podemos. Esta es una casa abierta, vienen visitantes de colonias, de estados y no podemos cerrar”.
¿Y por qué pensar en las medidas de seguridad de la Cámara, si no eran ellos los que se suponía estaban en peligro sino los familiares?
El nerviosismo creció en la bancada de Acción Nacional, y una vez terminada la sesión, Lizbeth Medina refirió que ella recibió también una llamada.
“Era voz de una niña que me decía ‘¡mamá, mama!’ Lo hacía con desesperación y no reconocía la voz de mi hija. Me gritó como seis veces y yo colgué, porque no era la voz de mi hija, sino de una persona más grande. Ahí fue donde no pegó la cosa, porque era una persona adulta. Inmediatamente llamé a la casa, me contestó mi esposo y me dijo que todos estaban ahí”, relató.
Pues ¡claro!
Ante la sicosis generada en la bancada panista, Ruth Zavaleta dijo desde su curul en la mesa directiva: “voy a mencionar algo que quizá será delicado en este micrófono, pero tengo que hacerlo. Hay algunos individuos haciéndoles llamadas para extorsionar a algunos compañeros diputados, argumentando que tienen secuestradas a sus familias, por lo cual les solicito que tomen las previsiones necesarias”.
¿Así que esto generó sicosis en la bancada panista? Mucho me temo que la bancada panista ya estaba afectada en sus facultades mentales desde antes de las llamadas.
De esa manera, a las 14:08 decretó el final de la sesión, debido, además, a que el lunes se lavó la alfombra verde del salón de plenos y se le aplicó un producto, con base de amoniaco, como retardador de fuego. Ello había obligado a que las puertas del recinto se mantuvieran abiertas, pero aun así el olor era insoportable.
A su vez, el diputado José Manuel del Río Virgen refirió que estos hechos se suman a las amenazas que él ha recibido por su investigación sobre las irregularidades en Petróleos Mexicanos. Refirió que el viernes pasado, mientras circulaba frente al mercado de Sonora, un automóvil se le cerró y sus tripulantes le advirtieron que no continuara con sus investigaciones. “Pero no me voy a detener. Estoy siguiendo información de altos funcionarios de Pemex Internacional”, afirmó.
Por la noche, pasado el susto, algunos diputados panistas se reunieron en la oficina 49, del cuarto piso del edificio H, del diputado Pedro Armendáriz García, para beberse unos vodkas, aprovechando que ayer recibieron un arcón de cinco botellas de la Cámara de la Industria de Vinos y Licores.
¡De pena ajena!
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