miércoles, noviembre 28, 2007
Opresión, miseria, hambre y telenovelas
Por Ricardo Andrade Jardí
Ante el reculamiento de los legisladores a favor de seguir favoreciendo la mediocridad, la mentira y el odio, convendría que los ciudadanos para dejarnos de hipocresías, en los próximos "procesos electorales", los que estarán de todas formas arreglados al gusto de la telecracia, elijamos más bien a los representantes del dúopolio televisivo, porque, a fin de cuentas, son los que deciden el rumbo decadente de nuestra bananera república y de paso dejamos de pagar el salario inmerecido y vergonzoso de esa pandilla de cretinos que se dicen representantes del pueblo los que, una vez más, han demostrado su cobardía y su servilismo al poder de facto que realmente nos gobierna.
No conviene equivocarnos, es claro que la telecracia gobierna y el Legislativo es tan sólo la fachada de una democracia en realidad inexistente.
En los próximos días escucharemos las justificaciones por demás entupidas con las que los legisladores, tan envalentonados hace tan sólo una semana pero los que hoy "deciden" sacar del Cofipe las sanciones para los medios que violen la ley electoral, intentarán argumentar su decisión de no sancionar a los medio que violen la ley. Anuncio a todas luces claro de que la telecracia volverá, como lo ha hecho desde hace mucho tiempo, a decidir quién nos gobierna o representa.
Nada más irritante que el pensamiento de que no se ejercerán sanciones cuando menos a la trasmisión de los medios, que efectivamente harán lo que quieran, porque "no se puede dejar que terceros dejen de ver telenovelas o fútbol"; mediocre argumento, de una reverenda estupidez, que merece ser difundido, en todo el mundo, para dejar claro el nivel del discurso de los "representantes" del pueblo, perdón del dúopolio telecrático, que es a quien realmente representa el Legislativo.
No reparemos en las razones, sin razón, para sacar particularmente esas sanciones del Cofipe y sí en las cuentas bancarias de los legisladores que "decidieron" ante la "presión" sacarla. O, peor aún, que durante semanas se empeñaron en decir que se plasmarían en la ley las sanciones a los medios concesionados que violentaran las disposiciones ya constitucionales, las sanciones, como una forma de ponerle precio a su voto para sacar las sanciones.
Antes fue la ley Televisa, hoy el Cofipe, mañana veremos la "ardua lucha" por la nueva ley de medios, la que no será más que un ir y venir de dichos entre los concesionarios que defienden "su libertad de expresión", que no la libertad de expresión, mientras los legisladores hacen como que defienden los intereses, desconocidos siempre, de sus "representados", fijando nuevamente el precio de su voto, para terminar realizando una nueva ley Televisa que esta vez sólo tendrá la oposición de la conciencia ciudadana, la que nuevamente será calumniada e ignorada por los concesionados medios y desatendida por los presuntos legisladores. Así las cosas en nuestra trasnacional "Democracia Corporation S.A." Una "república" para la oligarquía y opresión, miseria y hambre, pero con telenovelas y fútbol, para las mayorías.
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