jueves, enero 15, 2009

El TLCAN y el drink team

• El culebrón de los acuerdos paralelos
• La criminal espotiza

Marcela Gomez Zalce

En política, mi estimado, uno no tiene lo que merece… sino lo que negocia. Accidentada y cardiaca la situación de la economía estadunidense que sigue sin llegar al fondo arrastrando a nuestro país infectado con el inofensivo “catarrito” que trae en picada el valor del peso, que ya lleva una devaluación marca ACME.
El delicado techo que ayer alcanzó la barrera de los 14.50 pesos, my friend, no sólo obligó al Banco de México de Guillermo Ortiz a entrarle a la divertida fiesta de la subasta de las reservas, que parece ser el único trampolín para que el peso dé escalofriantes piruetas, sino que trae el curiosito recuerdo sobre las cacareadas promesas de Felipe quien se cansó de escupir que no habría devaluación, ni hablar de la inflación (que ya anda en el 7%), el gas, la gasolina y su joyita del empleo en aquellos agitados días de controvertida campaña.
La inocente pregunta de cajón es ¿y… dónde rayos quedaron los maravillosos indicadores económicos que nos presentaban mejor que Brasil y el singular listado de países que nos recetó Calderón…? El banco central ha subastado en lo que va de este salvaje año 666 (parajodas de la vida el número de la bestia… presidencial) millones de dólares debido a la volatilidad mientras que los cacareados planes de Los Pinos para rescatar al pueblo de las garras de la crisis quedan en miserables chisguetes.
Hoy, mi estimado, las peligrosas circunstancias en amplios ámbitos obligan a una profunda y seria reflexión sobre los escenarios que enfrenta este (des)gobierno y que no pueden atenuarse con la genialidad del Gymboree presidencial de pegarle a millones de mexicanos una abrumadora espotiza sobre los logros de su jefecito quien no ha sabido rodearse de expertos sino de su banda de cuates que son buenos para (nada) la fiesta y la frivolidad aderezados de una colosal ignorancia para vislumbrar los nubarrones de la tormenta perfecta.
El importantísimo asunto que ya está más que anunciado gira alrededor de el atractivo TLCAN que ha desencadenado en los últimos días –a raíz de la visita, perdón, foto de Felipe con el presidente electo estadunidense Obama (que está viviendo un drama con algunos de sus nominados para su gabinetazo)– un circo literal de grotescas declaraciones, balbuceos atropellados, aldeanos señalamientos de funcionarios federales coronados, todos, por la típica y distintiva ambigüedad cantinflesca de Calderón en un tema que evidentemente nadie entiende.
Sea por ignorancia, desinformación, petulancia y/o pendejez (or all the above) el TLCAN ha sido abordado con absoluta irresponsabilidad enviando señales que hablan muy mal de estos disfuncionales e improvisados que no entienden, que no entienden, el tamaño del tubazo propinado por el próximo vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, al dar a conocer, ya que Felipe se iba embobado con su foto, un boletín de prensa marcando claramente la postura del nuevo gobierno.
Y la postura es muy sencilla: la creación de un grupo de consulta que trabaje en asuntos importantes para EU y México incluyendo el TLCAN en el rubro ambiental y laboral.
A partir de este misil, Felipe no ha hecho otra cosa que hacerse bolas coreado en forma ridícula por Relaciones Exteriores al no explicar con exactitud qué rayos hará el (des)gobierno mexicano o mejor aún, dar una explicación clara sobre el significado de una revisión sin abrir el festivo Tratado.
Peor aún. Estos imb… erbes en el poder (del no poder) no saben qué tipo de negociación llevarán a cabo y quiénes serán los negociadores del verdadero culebrón: los acuerdos paralelos. Porque si el drink, sorry, dream team de México estará encabezado por el secretario de Economía (en autopartes) Gerardo Ruiz Mateos… es de risa histérica.
Si se comienzan abriendo los originales acuerdos paralelos (que costó sangre, sudor y lágrimas al fenomenal equipo… de expertos formado por Carlos Salinas) sin tener clara la estrategia de lo que como gobierno se quiere alcanzar, será equivalente a ponerse para la foto (¿¡ooootra?!) y darle elementos a nuestros vecinos demócratas —que no son fans del acuerdo— para reventar por esta vía el TLCAN ya que se podría conseguir lo que no se tiene en el mismo, yes?
El asunto no es menor. Requiere de seriedad y profesionales en real politik bilateral y de expertos en la materia. El tema está en la agenda de Obama, que no tarda en colocarlo en la mesa.
¡¿Volverá Felipe a subestimar, my friend —como en el caso del pinche “catarrito”– las escrupulosas señales..?!
Cuidado.
gomezalce@aol.com

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