Ricardo Monreal Avila
El gobierno norteamericano ha alertado sobre una nueva y potencial amenaza a su seguridad. Se trata de dos “Estados Fallidos” que han encendido los focos rojos del Pentágono, de la secretaría de seguridad interna, del Departamento de Justicia y de los órganos de inteligencia. Se refieren a México y Pakistán. O para expresarlo en un solo término, se trataría del “síndrome de Mexikistán”.Cuatro oficinas gubernamentales, un organismo financiero internacional y una influyente revista de negocios comparten el mismo diagnóstico: “México se encamina hacia el ‘caos criminal y económico’. La razón: es presa del narcotráfico y del crimen organizado que controla vastas regiones del país y que ha infiltrado a las ‘altas esferas’ del sistema de seguridad y de justicia. El estado de violencia y terror que sufren los mexicanos será acompañado por la zozobra económica, pues los efectos de la recesión en Estados Unidos serán particularmente severos el año próximo”, publicó la revista Forbes en su edición del mes pasado. ¿De dónde obtiene este medio de comunicación tan tremendo reporte? El pasado mes de diciembre, el Centro Nacional de Inteligencia sobre las Drogas (NDIC, por sus siglas en inglés) difundió un informe en el que por primera vez se afirma que “la mayor amenaza para Estados Unidos es el narcotráfico mexicano”, debido a que ya operan y producen estupefacientes en 230 ciudades de la Unión Americana, desplazando a las redes de narcotraficantes colombianos, dominicanos y chinos.También en diciembre pasado, el Comando Conjunto de Fuerzas de Estados Unidos (USJFCOM) publicó su reporte anual Joint Operating Environment (entorno de operaciones conjuntas), donde se plantea el peligro de un “colapso rápido” en nuestro país. “En términos de los peores escenarios para las Fuerzas Conjuntas, e incluso para el mundo entero, México y Pakistán deben ser objeto de consideración como dos grandes e importantes Estados susceptibles de un repentino y rápido colapso… El gobierno, sus políticos, la policía y la infraestructura judicial, todos se encuentran bajo ataque y presión sostenidas por parte de las organizaciones criminales y carteles de la droga… El colapso de un Estado usualmente llega como sorpresa, tiene una aparición rápida y plantea problemas graves”.Un diagnóstico similar han difundido la Secretaría de Seguridad Interna de los Estados Unidos, a cargo de Michael Chertof, y el Departamento de Justicia a través del Nacional Drug Threat Assessment, donde consideran que una de las principales amenazas para los Estados Unidos se encuentra en el crimen organizado de México.Para complementar el cuadro, el Fondo Monetario Internacional se ha sumado a esa advertencia. En el reporte “Evaluación detallada sobre acciones contra el lavado de dinero y el combate al financiamiento del terrorismo”, difundido al inicio de esta semana, advierte que “el poder económico de las organizaciones criminales está minando la autoridad del Estado en México”. Concluye que “México enfrenta una amenaza sin precedentes a su seguridad nacional y a su estabilidad, por parte del narcotráfico y el crimen organizado”.El secuestro y desaparición del ciudadano norteamericano de origen cubano, Félix Batista, experto en seguridad y negociaciones en secuestros de alto impacto, el pasado 10 de diciembre en la ciudad de Saltillo, parece ser la gota que derramó el vaso de la desesperada y desencantada visión que ahora se tiene en Washington sobre su socio, vecino y amigo del Sur.El caso de Félix Batista, un exoficial del ejército norteamericano que se encontraba en el estado de Coahuila impartiendo un curso sobre seguridad y secuestros, vinculado profesionalmente al FBI y que fungía también como negociador en el caso del secuestro del jefe de seguridad del Grupo Industrial Saltillo, fue privado de su libertad sin que hasta la fecha se sepa nada de él ni de sus captores. A medida que el caso Batista tarde más en resolverse, en esa medida irá en aumento la presión del gobierno norteamericano sobre el mexicano. Es un caso que podría compararse con el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, en los años ochenta que culminó con la aprehensión de varios varios zares de la droga y la caída de diversos funcionarios judiciales y policiales. Una mega operación limpieza.La definición de “Estado Fallido” fue acuñada por un centro de investigación académica con sede en Washington DC, que se llama “Fundación para la Paz”. Desde 2005, la organización maneja un “índice de Estados Fallidos” con base en 12 indicadores, cada uno de los cuales recibe una calificación mínima de cero y máxima de 10. Entre los indicadores sociales se considera el aumento de las presiones demográficas, niveles de pobreza y la emigración crónica y sostenida. Entre los criterios económicos se encuentra la pérdida de competitividad, las tasas de crecimiento económico, el desarrollo desigual y los declives económicos severos. Entre los parámetros políticos destacan el grado de legitimación del Estado, los niveles de impunidad en la procuración de justicia, el grado de inseguridad en el territorio y la violación extensa de los derechos humanos.En las mediciones preliminares del año 2008, México y Pakistán muestran, en efecto, puntajes similares como “Estados Fallidos”. Forbes retoma la opinión de expertos y funcionarios estadunidenses que muestran su preocupación por esta "potencial amenaza estratégica". John Walters, director de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca, conocido como el zar antidrogas, afirma: "Las consecuencias para nuestras dos naciones en el futuro cercano y no tan cercano pudieran no ser muy buenas (...) Si el presidente Calderón y las instituciones del gobierno fallan (en su lucha contra el narcotráfico), al menos la parte Norte de su país será controlada por mafias terroristas". Y agrega: “Estamos preocupados por la ingobernabilidad en lugares lejanos de Estados Unidos, como Irak y Afganistán, pero esto sucede justo en la puerta de al lado".Estados Unidos ha identificado una nueva amenaza y está muy cerca de él, en su patio trasero. Se llama “Mexikistán” y está a punto del colapso. Cuidado. A partir de diagnósticos similares se han montado todas las políticas de intervención militar, injerencia policial e intrusión diplomática de los Estados Unidos en el resto del mundo. Este no es un problema de imagen de México en los Estados Unidos, como lo señaló Felipe Calderón en la reunión anual de embajadores de nuestro país. Es un problema de imago, de fondo, que nos puede llevar del “Estado Fallido” en potencia al estallido social real.
ricardo_monreal_avila@yahoo.com.mx
jueves, enero 15, 2009
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