México SA
Carlos Fernández-Vega
Sustitución del escudo nacional
Parece que al gobierno de la “continuidad” no se le da muy bien eso de “actuar con energía” en contra de los especuladores que “pretenden obtener utilidades” (Agustín Carstens dixit, en ambos casos) a costillas del erario, porque a escasos tres meses de que “un grupo de empresas” se llevara 12 mil millones de dólares de las reservas internacionales, el numerito parece repetirse, a grado tal que el tipo de cambio peso dólar se incrementó ayer al nivel histórico de 14.3 por uno.
En el no lejano octubre de 2008, cuando el discurso oficial insistía en que la crisis “de afuera” le pelaba los dientes al “navío de gran calado”, las hordas especulativas lograron un botín cercano a 12 mil millones de dólares, todos ellos de las reservas internacionales del Banco de México, o lo que es lo mismo dineros propiedad de los que habitan este heroico país, aunque nunca los vean siquiera pasar.
En aquel entonces, el doctor “catarrito” comentó que dicho ataque “tuvo relación con operaciones especulativas de un grupo de empresas nacionales para obtener utilidades”, y se animó a soltar el primer nombre de una de esas responsables: Comercial Mexicana (presidida por Guillermo González Nova). Tomó aire para mencionar un segundo nombre, cuando escuchó decir al inquilino de Los Pinos que “para eso están las reservas” y “para eso hay que utilizarlas”.
De inmediato Carstens cerró la boca, “permitió” que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (“sabemos qué tenemos que buscar y dónde”, diría su presidente Guillermo Babatz) “realizara” una “investigación” sobre el caso de las empresas con antifaz, y todos (Hacienda, CNBV y Los Pinos) fingieron demencia. En el mejor de los casos, los “resultados” de tal “investigación”, dijeron, se “conocerían” en un par de años, porque “es ilegal” dar nombres. Y colorín colorado, el cuento especulativo se dio por terminado, con la enorme sonrisa y satisfacción del Consejo Coordinador Empresarial que había “reclamado” por el señalamiento del secretario de Hacienda.
A cambio, el doctor Carstens aseguró que “el gobierno actuará con energía para evitar la repetición de ese tipo de acciones”. Recurrió al viejo truco de prometer lo que –todo el mundo lo sabe– nunca se cumple. En ese entonces comentamos en este espacio que el titular de Hacienda se limitó a repetir el chiste que sexenal y puntualmente contaron, a nombre de sus respectivos jefes en Los Pinos, Gustavo Petricioli (de la Madrid), Pedro Aspe (Salinas), Guillermo Ortiz, José Angel Gurría (ambos con Zedillo; Serra Puche sólo tuvo tiempo para un chiste) y Francisco Gil Díaz (Fox), es decir, los titulares de Hacienda de los últimos cuatro “gobiernos”, o lo que es lo mismo idéntica “energía”, “actuación” y “fortaleza” en contra del aire.
El “grupo de empresas” que especula “para obtener utilidades” se mantiene actuante en contra de los intereses nacionales. No hay que ser un gran investigador para conocer quiénes tienen capacidad y las suficientes relaciones políticas como para engullirse miles de millones de dólares de la nación sin mayor consecuencia, y no tendría por qué ser diferente en este terrorífico arranque de año, cuando el vencimiento de deuda privada relacionada con el ya famoso mercado de derivados está a todo lo que da.
Con lo sucedido ayer (dólar a 14.30 pesos, es decir, a 14 mil 300 pesos, por aquello de la graciosa desaparición de tres ceros en el tipo de cambio), en alrededor de tres meses la devaluación de la traqueteada moneda nacional se aproxima a 40 por ciento. Y lo peor del caso es que van por más, con todo y “actuación enérgica” del supuesto gobierno de la República.
En aquel ataque especulativo de octubre pasado, comentamos que con sólo asomarse al mercado de derivados se tendría una idea de quiénes son los que “arriesgan” “sus” dineros en este tipo de mecanismos. Citábamos a las instituciones bancarias y financieras (mayoritariamente extranjeras, y en los primeros lugares, como siempre, BBVA y Banamex, sin olvidar a Santander, Scotiabank e ING), las casas de cambio, las casas de bolsa (entre otras, Interacciones, de Carlos Hank Rhon; GBM, ex propietaria del Banco del Atlántico), los principales consorcios con el sello Slim (América Móvil, Grupo Carso, Telmex), Cemex (Lorenzo Zambrano), Femsa (de la familia Garza Lagüera), y obviamente Comercial Mexicana, ante lo cual Agustín Carstens se comprometía: “para frenar acciones especulativas, el gobierno será más enérgico en exigir que se cumplan las reglas de transparencia y de reporte por parte de los bancos y las empresas”. El 52 por ciento de la deuda privada a corto plazo, anotamos entonces, lo detentaban 10 grupos, entre los que destacan en circulación América Móvil (6 mil millones), General Electric Capital (5 mil 709), Crédito Inmobiliario (4 mil 808), Paccar Arrendadora Financiera (4 mil 428) e Hipotecaria Crédito y Casa (3 mil 719).
Aparte de los mencionados, entre los principales emisores de deuda privada de corto plazo existen (nacionales y extranjeras) todo tipo de arrendadoras, hipotecarias y empresas de “servicios financieros”, pero también grandes consorcios que en lugar de dedicarse a producir e incrementar su riqueza por ese medio –entre ellos una compañía editora de periódicos– dedican buena parte de su esfuerzo y recursos a la especulación financiera, bursátil y cambiaria. Las trasnacionales Toyota, Volkswagen y Ford participan en esta actividad, a la par de empresas del “espectáculo”, como Corporación Interamericana de Entretenimiento, tiendas de autoservicio (Soriana, Almacenes Coppel –el de la “cartita” a favor de Calderón en las elecciones de 2006– y Comercial Mexicana), Cementos Mexicanos, la papelera Copemex, Tv Azteca, Coca-Cola Femsa, BBVA-Bancomer, Banamex, Scotiabank, Grupo Posadas, grupos mineros y panaderos, los gobiernos de varios estados de la República, empresas paraestatales y así por el estilo, en esta gloriosa economía de casino que tan resultona ha sido para los mexicanos. Y a leguas se constatan los resultados de la prometida “exigencia” de la Secretaría de Hacienda.
Al comienzo de este nervioso 2009, el inventario de ese tipo de empresas no ha cambiado, y el saldo de la deuda privada de corto plazo supera los 65 mil millones de pesos (el débito total, corto y largo plazo, se acerca a 600 mil millones), de acuerdo con información del Grupo Ixe. Y “para eso están las reservas”
Las rebanadas del pastel
Vía correo electrónico, de la sabiduría popular circula el siguiente mensaje en el mundo de Internet: “la Oficina Presidencial anunció hoy que el escudo mexicano será sustituido oficialmente por un condón, ya que éste refleja más acertadamente la perspectiva política del gobierno: el condón permite la inflación, detiene la producción, destruye las futuras generaciones, protege a una bola de degenerados y le da al pueblo una sensación de seguridad, cuando en realidad se lo están cogiendo”.
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