martes, septiembre 30, 2008


Los Borbones en la zona cero de Morelia

O sea, que alguien me explique. Entiendo que Calderón no es necesariamente el tipo más imaginativo ni el más ingenioso de cuantos han habitado Los Pinos, pero me pregunto cómo se le ocurriría que el mejor lugar para llevar a pasear a los príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, era el centro de Morelia, donde ocurrieron los granadazos que hoy han hecho célebre a la comarca, al Grandote, al Tierra Caliente y al Socio. Digo, eso quiere decir que cuando pasen por el DF, don Jelipillo los va a llevar a una visita guiada por la New’s Divine. Y luego, seguramente, placearán a la feliz pareja por los rumbos de Cuernavaca para que sepan cómo se las gasta el magisterio.Aquí abro un pequeño paréntesis. Según se desprende del trabajo de campo realizado por el gran Oscar Ocampo Vilchis, publicado hoy en la sección QRR que atinadamente dirijo, no todo es drama en Morelos. Mientras los amos de lo políticamente correcto chillan, los niños se la están pasando bomba. Es como esa película de John Boorman, El poder y la gloria, donde un niño grita ¡Gracias, Hitler!, después de que los alemanes bombardearon su escuela. Cierro paréntesis.En correspondencia, cuando el michoacano se pase por los Madrides seguramente lo pasearán por Atocha, donde Al Qaeda hizo su nido, o en el sitio del último atentado de ETA.Es como si usted invita a unos buenos amigos que vienen de fueras y antes que ofrecerles una botanita y unas chelas, los lleva directamente al bote donde se marina la ropa sucia que nunca se lava en casa.Ya el colmo es la imagen del melifluo Godoy, el gris gobernador de la entidad mancillada por Los Zetas, que en su calidad de guía de turistas les explica a los nobles españoles cómo estuvo la cosa, dónde explotó la cosa y de qué manera los malosos perturbaron su mensaje urbi et orbi. Por la cara que hacen los insignes visitantes, cualquiera diría que para sus adentros están diciendo: ¿Y nosotros por qué?En vez de llevarlos a la Riviera Maya, o a Polanco, o de perdis al rancho San Cristóbal, por poco los llevan a Nacupétaro y Apatzingán para que sepan lo que es amar a La Familia en Tierra Caliente. Las escalas en Ciudad Juárez y Zongolica serán opcionales.Claro que siempre se puede pensar que Calderón lo que quiso es mostrar el México profundo, el México bravo; no el edulcorado, folclórico y manierista de agencia de viajes, sobre todo para que los príncipes pudieran saborear su legado en todo su esplendor.

jairo.calixto@milenio.com

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